Una marcha que habla de fractura en medio de la pelea Macri-Moyano

Edición Impresa

¿Ganó o perdió ayer Moyano con el pronunciamiento, dividido, de la CGT de acompañarlo a la marcha del próximo 22 de febrero? Por el ”peso” de los que faltaron a la cita -los históricos “Gordos” e independientes-, todo apuntaría a que el líder de los camioneros sufrió un revés en su desafío al que se subió para enfrentar al presidente Mauricio Macri, una relación que se rompió en los últimos días cuando al también titular del Club Independiente la Justicia lo comenzó a complicar.

Es que Moyano está convencido que el jefe de Estado se encuentra detrás del resurgimiento de viejas y nuevas causas, como el presunto lavado de activos que involucraría a familiares directos suyo, en su contra.

De hecho, sus críticas fueron dirigidas directamente a Macri y no a la gestión de gobierno. Muy soslayadamente habló de las polémicas reformas previsional y laboral o del “techo” del 15 por ciento de aumento salarial que plantea la Rosada para este año, y sin “cláusula gatillo”. Sí trató de descalificar las denuncias, de marcar la cancha (“yo no me arrodillo ante nadie”) y molestar al Presidente metiéndose con el papá, con una frase que dejó huellas: “Si voy preso, que sea en la celda de al lado del padre de Macri”.

En el terreno político sabe moverse muy bien Moyano pero las noticias de sindicalistas detenidos, algunos con fortunas, no lo ayudan. Por eso, junto al gastronómico Luis Barrionuevo -también peleado ahora con la administración Macri-, hablan de una “persecución judicial”, con la sospechas siempre hacia otro poder, el Ejecutivo.

Volviendo a la central obrera, una nueva fractura parece estar a la vuelta de la esquina. El faltazo de “Los Gordos”, liderados por Héctor Daer uno de los triunviros de la CGT, parece marcar el camino. De ese sector hay que anotar a referentes históricos del sindicalismo que están más cerca del Gobierno -aunque con algunos cuestionamientos-, que de Moyano y Barrionuevo. Y manejan gremios grandes: Armando Cavalieri (Mercantiles), Gerardo Martínez (Construcción), Andrés Rodríguez (UPCN), Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Carlos West Ocampo (Sanidad).

Tampoco fueron a la cita los llamados “independientes”, entre ellos Roberto Fernández, que maneja un gremio clave, el del transporte público, en caso de una medida de fuerza mayor, como un paro nacional.

Pero Moyano sabe que no se va a quedar solo ese 22 de febrero. Ayer recibió en la sede de los camioneros a dos dirigentes gremiales muy ligados al kirchnerismo: Hugo Yasky, de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), y a Roberto Baradel del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba). Ambos le manifestaron que se sumarán a la movilización. También cuenta con los otros dos triunviros de la CGT Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) -que tuvo una polémica defensa de Moyano diciendo que “lo banco como bancaría a cualquier ciudadano al que le dicen que mató a fulano de tal hasta tanto se demuestre lo contrario”- y del barrionuevista Carlos Acuña (Estaciones de servicios).

Es muy factible que, de acá al jueves 22, el Gobierno se meta en la interna cegetista y busque sumar porotos en contra de Moyano y la marcha, que ahora dicen que será contra los despidos.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE