Mató a una docente frente a su escuela para robarle y los vecinos, furiosos, casi lo linchan

Vanesa Soledad Castillo tenía 33 años, una hija de 11 y trabajaba como docente en una escuela del barrio Alto Verde, en la capital Santafesina. Justo ahí, después de clases y mientras esperaba a una compañera, fue atacada a facazos por un delincuente que le robó su cartera y se atrincheró en una casa cercana.

A él lo detuvieron tras una negociación que no duró más de media hora. A ella la trasladaron en un operativo especial hasta el hospital más cercano, pero las 10 lesiones que le abrió el atacante no le dejaron chances de sobrevida.

“Es una persona enferma, con problemas mentales. No sabía lo que hacía. Estuvo tres años preso. También estuvo en el (hospital psiquiátrico) Mira y López”, dijo a la prensa María, la madre del detenido.

“Le empezó como a pegar”

El sangriento incidente ocurrió minutos después del mediodía de ayer, cuando Vanesa salió de la Escuela 533 Victoriano Moldes, donde estaba haciendo un reemplazo como docente del 7° grado, subió a su moto y se quedó frente a la puerta del colegio esperando a que saliera una compañera.

Antes de que ella apareciera irrumpió en escena el asesino, quien -por lo que cuentan los testigos - tardó unos pocos segundos en aplicarle a Castillo 10 facazos y manotearle la cartera cuando ella quedó tirada en el piso. Los investigadores no descartan que la intención del criminal haya sido apoderarse de la moto, aunque esto no es más que una sospecha.

El atacante, apodado El Chacho, de 31 años y con antecedentes penales, es conocido en la escuela donde daba clases Vanesa, porque vive en el mismo barrio. Justamente, después del ataque se refugió en la casa de su madre.

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A la mujer la socorrieron los vecinos, hasta que llegó la ambulancia que la trasladó al hospital José María Cullen, de Santa Fe, con patrulleros abriéndole paso.

Castillo fue recibida en el shockroom para pacientes en estado crítico y asistida por los médicos de la emergentología, que constataron que había fallecido poco después de la 1 de la tarde.

Un grupo de obreros que trabajaban en obras cloacales fueron testigos directos del homicidio. Uno de ello atinó a gritarle al agresor para que cesara en su ataque.

“El pibe estaba dando vueltas, esperando y como agazapado. Nunca pensamos que podría hacer una cosa así”, dijo José, uno de esos obreros, al diario Clarín. Recordó que el asesino “se le subió encima y le empezó como a pegar”, aunque no fueron pocos los que creyeron que se trataba de un encuentro de conocidos.

Es que “el hombre se subió a la moto y la tocaba (a la víctima) en la espalda”, recordaron otros testigos.

Todos cayeron en la cuenta de que algo malo pasaba al escuchar los alaridos de dolor de la maestra. “Cuando ella cayó, él se llevó la cartera y se escapó”, añadió José, antes de aclarar que el delincuente “no usó una cuchilla sino algo punzante”. Las investigadores corroboraron luego que el asesino utilizó una faca tumbera.

En tanto, el agresor se ocultó en una casa y allí permaneció atrincherado por unos 30 minutos.

casi lo linchan

Al lugar llegaron decenas de oficiales y suboficiales de la policía santafesina y de la Prefectura Naval Argentina, quienes identificaron al acusado por los datos que aportaron los vecinos y se dirigieron inmediatamente a la casa de su madre, situada a unos 150 metros de la escena del crimen.

Juan Ramón Cano fue rodeado por la Policía y Prefectura, y minutos después de las dos de la tarde lo aprehendieron, en medio de incidentes protagonizados por vecinos que intentaban lincharlo, lo que fue impedido por los policías presentes.

La novedad sobre el resultado del procedimiento fue informado a la Jefatura de la Unidad Regional I La Capital y a los fiscales de la Unidad Especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación, que ordenaron hacer peritajes criminalísticos en la escena del crimen y que el cadáver de la víctima fuera trasladado a la morgue judicial para la realización de la autopsia.

Además de trabajar en varias escuelas de la zona, Castillo cursaba el segundo año del profesorado de Historia en el Instituto Almirante Brown.

Vivía con su hija de 11 años en la localidad de Santa Rosa de Calchines, a unos 48 kilómetros de la escuela, y todos los días se movilizaba en moto.

Cano habá salido de la cárcel de Coronda tras cumplir tres años de prisión por “abuso sexual y tentativa de robo”.