La obra (dentro de la obra) en la que todo sale mal
Edición Impresa | 2 de Febrero de 2018 | 02:01

María Virginia Bruno
ENVIADA ESPECIAL
Hay colas y colas pero, en general, cuando decimos “como el culo”, nos referimos a lo mal que la estamos pasando, como el “Gato” Gaudio, el día que perdía contra Youzhny.
Si la pieza hubiera respetado el título original debería haberse llamado “La obra que sale mal”, y quizás hubiera pasado inadvertido en una temporada con grandes propuestas humorísticas.
Por eso, el “Como el culo” que bautiza el espectáculo que se ofrece en el Teatro Neptuno de Mar del Plata, es quizás uno de los grandes aciertos de la adaptación local porque describe a la perfección esa necesidad que tenemos los argentinos de manifestar nuestra frustración con esa contundente frase de tres palabras.
Porque así es como están los integrantes del grupo de teatro amateur “de la Universidad Nacional de Morón” que, “demorados”, se lanzan a representar frente a un público que es sorprendido desde la entrada, la obra “Asesinato en la mansión Haversham”, que escribió “Susi, la bibliotecaria” de la entidad.
Ambientada en 1920, y escrita por Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields, la pieza no sólo es un éxito en Londres en donde se estrenó en 2012 sino en diferentes rincones del mundo. En Argentina, estrenada en 2016, va por su tercera temporada y, este verano, también hace funciones con otro elenco en Villa Carlos Paz, siendo una de las propuestas más taquilleras de las sierras cordobesas.
En Mar del Plata, en tanto, el espectáculo encabezado por Marcelo De Bellis, Walter Quiroz, Diego Reinhold, Nicolás Scarpino, Gonzalo Suárez, Fernanda Metilli, Ariel Basaldúa e Ingrid Grudke parte como favorito para los premios Estrella de Mar que se entregan el próximo lunes con siete nominaciones.
La pieza, dirigida por Manuel González Gil, aspira a los rubros Comedia, Actuación Protagónica Masculina de Comedia (Nicolás Scarpino), Actuación Masculina de Reparto (Gonzalo Suárez), Actuación Femenina de Reparto (Fernanda Metilli), Dirección, Escenografía (Daniel Feijo) y Producción Artística (Javier Faroni).
Uno de los protagonistas le dijo a EL DÍA días atrás que el mejor elogio que les hicieron vino de parte de los padres de un colega, quienes, indignados tras la función, le comentaron a su hijo actor: “¡Qué mal que actúan todos!”.
El desafío, para este elenco de comediantes consagrados, radica en el hecho de interpretar a actores torpes que actúan mal, que se olvidan la letra, que pierden el hilo de la narración, que se confunden los actos y que interrumpen la escena como si estuvieran en un ensayo.
Sin decir una sola mala palabra -algo que, sin conocer de qué va, el nombre podría sugerir otro tipo de propuesta-, el espectáculo se desarrolla como un verdadero delirio escénico que hace que el público se ría de principio a final.
Muchos intérpretes definen a la actuación como un juego y esta obra es, quizás, la mejor versión de la profesión en la que los buenos juegan a ser malos en cuanto a la calidad.
De Bellis se luce como Perkins, un mayordomo sin filtro, que se olvida de la letra y que tiene reacciones inciertas que enloquecen a sus compañeros. Los zapatos, las manos o el saco son para él un buen lugar donde esconder las líneas.
Scarpino es Mike, el hermano del asesinado, con graves problemas de interpretación, y una dislexia que no lo ayuda. Aunque también se pone en la piel del jardinero, Alfred, que pasea el perro que nunca llegó, con acotaciones que generan aplausos espontáneos.
Reinhold, el director del grupo, tiene una mirada funcional del teatro, y por eso también actúa. Interpreta al inspector pero no puede dejar de lado su faceta como director, y sufre con el espectáculo que está entregando su elenco. Quiere cerrar el telón en más de una oportunidad pero sigue, con fe y esperanza…
En su debut en la comedia, Ingrid Grudke tiene una presencia escénica importante, y es la viuda sexy que se transforma en una de las principales sospechosas. Un papel de una actriz limitada que le calza justo.
Walter Quiroz, de alguna forma, representaría al mejorcito de todo el grupo, aunque por momentos se olvida que el público mira todos los gestos que hace, y demuestra su disgusto.
Del muerto hace Gonzalo Suárez, el de la publicidad del banco, con una interpretación descomunal que parte como favorita para los premios del lunes.
Para resaltar, las participaciones de los técnicos.
El sonidista, que abre y cierra el show con total desparpajo, es una especie de comodín que no asiste como debería, y que se mete donde no debería.
Y Fernanda Metilli, que complica más que lo ayuda, se gana al público a base de gestos y miradas cómplices, además de intervenciones que dejan con ganas de más.
Tanta es la química que este elenco transmite desde el escenario, que, según trascendió, el productor ya convocó a todos los actores para protagonizar una nueva comedia que se estrenará en julio en la cartelera porteña.
Por ahora, y hasta que termine el verano, seguirán saliendo a escena de martes a domingo, la sala ubicada en Santa Fe 1751, para entregar una obra que sale “Como el culo”.
De: Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields
Por: Manuel González Gil
Con: Marcelo De Bellis, Walter Quiroz, Diego Reinhold, Nicolás Scarpino, Gonzalo Suárez, Fernanda Metilli, Ariel Basaldúa e Ingrid Grudke
Cuándo: De martes a domingo a las 21.30
Dónde: Teatro Neptuno -Santa Fe 1751-
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