El retiro de Shannon deja a Washington sin un gran experto en América latina

Thomas Shannon, el diplomático de carrera de más antigüedad del servicio exterior de EE UU y uno de sus grandes expertos en temas latinoamericanos, decidió retirarse, exactamente un año después de supervisar la transición al gobierno de Donald Trump.

En una entrevista con la cadena CNN, Shannon, que tuvo una destacada trayectoria en América latina, anunció que se jubilará como subsecretario de Estado para Asuntos Políticos (tercer cargo en importancia en la cancillería), después de 35 años en los que se desempeñó como embajador, secretario de Estado adjunto interino y, durante dos semanas el año pasado, secretario de Estado interino.

Shannon dirigió el Departamento de Estado en los días entre la partida del jefe de la diplomacia del presidente Barack Obama, John Kerry, y la llegada del candidato de Trump, Rex Tillerson, un período marcado por la disconformidad con el personal de carrera.

Pero en una carta de retiro a sus colegas, Shannon, de 60 años, no dio muestras de insatisfacción política y describió su decisión como “personal e impulsada por el deseo de atender a mi familia, hacer un balance de mi vida y marcar un nuevo rumbo para mis años restantes”.

“Quiero expresar mi profunda gratitud al secretario y al presidente por el privilegio de servir en los niveles más altos del Departamento durante el año pasado”, escribió.

“He tenido el honor de servir bajo seis presidentes y 10 secretarios de Estado. Todos han sido servidores públicos extraordinarios y grandes estadounidenses”, añadió.

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El subsecretario de Estado para Diplomacia Pública y Asuntos Públicos, Steve Goldstein, dijo que la decisión de Shannon es personal y que Tillerson habría apreciado que continuara. “Es triste, pero es una decisión del subsecretario y la respetamos”, afirmó, al informar del tema a los periodistas que acompañan a Tillerson en su gira por Latinoamérica, que comenzó ayer.

Donde más se echará de menos su experiencia y conocimientos es en Latinoamérica, región a la que dedicó la mayor parte de su carrera y donde se mueve con soltura con su dominio del español y el portugués.

Shannon, que ocupó cargos en las embajadas de Guatemala, Brasil y Venezuela, y ante la Organización de Estados Americanos (OEA), siguió muy de cerca la realidad latinoamericana cuando fue subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, de 2005 a 2009, bajo el gobierno de George W. Bush.

EXPERTO EN VENEZUELA

En los últimos años de la Presidencia de Obama fue el principal negociador en la crisis bilateral con Venezuela y en los intentos de mediación de EE UU entre el Gobierno y la oposición del país.

Su experiencia en Venezuela, que comenzó en 1996 como consejero político en la embajada en Caracas, hizo que también la Administración Trump lo eligiera a él como representante en la primera reunión de cancilleres de la OEA sobre esa crisis en mayo de 2017.

La partida de Shannon podría dejar otro hueco en los niveles superiores de la diplomacia estadounidense, donde 13 puestos de subsecretario y subsecretario y cargos en decenas de embajadas siguen vacantes y sin nominaciones.

La administración de Trump ha tardado en asignar cargos de alto nivel en el Departamento de Estado y muchos diplomáticos y enviados extranjeros en Washington se quejan del caos reinante.

Goldstein dijo que Shannon era una “enciclopedia andante” en las reuniones que Tillerson mantiene los sábados por la mañana para trazar políticas, y que había sido invaluable durante el traspaso del cargo al ex ejecutivo petrolero.

“Es un patriota, un diplomático y un gran estadounidense”, subrayó por su parte Nauert, una de las múltiples voces del Departamento que exhibieron en Twitter su admiración por su compañero.

Shannon pertenece a una reducida elite de diplomáticos con el rango más alto del servicio exterior estadounidense. Con su marcha, sólo quedará uno -Stephen Mull- de los cinco que tenían ese rango cuando Trump llegó a la Casa Blanca hace un año.

Shannon, cuya madre falleció hace poco, había prometido quedarse un año después del traspaso, y seguirá hasta que se designe su sucesor. (EFE y AP)