Tensión y protestas en el tramo final de la campaña italiana

ROMA

A una semana de las elecciones legislativas del 4 de marzo, Italia fue ayer protagonista de una intensa jornada de manifestaciones y concentraciones de antifascistas, por un lado, y de agrupaciones de ultraderecha, por el otro, que caldearon la recta final de la campaña electoral.

En un contexto de incertidumbre y tensión, con un debate sobre el posible auge de movimientos xenófobos y de agresiones recíprocas entre ideologías extremas, las principales convocatorias se desarrollaron en Roma, Milán y Palermo.

Bajo el lema “Nunca más fascismo, nunca más racismo”, la Asociación Nacional de Partisanos y otras 20 organizaciones marcharon bajo la lluvia en la capital italiana, junto a exponentes de partidos de izquierda.

Entre ellos, figuraban el primer ministro, Paolo Gentiloni, y su predecesor y secretario general del oficialista Partido Demócrata, Matteo Renzi, así como sus rivales en los comicios: el presidente del Senado y líder de la nueva agrupación Libre e Iguales, Pietro Grasso, junto a otros miembros de esa escisión de centroizquierda.

En paralelo, el sindicato de comisiones de base (Cobas) marchaba por las calles romanas contra la reforma laboral de Renzi y el racismo, una protesta en la que no se registraron incidentes.

Mientras, en el norte del país, Milán fue escenario de un acto de la xenófoba Liga del Norte, en el que su polémico líder, Matteo Salvini, escenificó una hipotética designación como primer ministro ante miles de sus simpatizantes en la plaza del Duomo.

Salvini, quien participa junto al ex premier Silvio Berlusconi en una coalición de derecha que las encuestas dan por ganadora -aunque sin mayoría-, vaticinó que partido será la fuerza de derecha más votada y, por tanto, no dudó en teatralizar su asunción al poder. A tan sólo unos metros de distancia, frente al castillo Sforza, la formación neofascista CasaPound celebraba un acto electoral, mientras que en una calle adyacente la extrema izquierda se concentraba para denunciar la presencia de esta ideología en el motor industrial de Italia. (EFE y TÉLAM)