A San Carlos le faltó mayor decisión para ganar en Caseros

San Carlos se trajo a Caseros un punto muy importante para el promedio. Le jugó de igual a igual a Estudiantes de Buenos Aires (uno de los líderes), de visitante, le controló el partido siempre y estuvo muy cerca de quedarse con los tres puntos si no fuera por su falta de decisión.

El 1-1 final no es un mal resultado, aunque en el fondo sabe que lo pudo haber ganado.

Estudiantes fue mejor en la parte inicial. Basó su juego en la creatividad de Rodrigo Sayavedra, en el ida y vuelta permanente de Matías Jaime y en la peligrosidad de Lionel Altamirano.

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De entrada, nomás, el Pincha pegó a los 5 minutos, después de un pase filtrado de Matías Jaime para Lionel Altamirano, quien definió ante el achique de Pablo Bangardino.

En esos minutos, al Celeste le costó acomodarse en el terreno de juego. Porque Jonatan Páez estuvo flojo en la marca; Wilson Gómez no fue tan punzante como en los partidos anteriores, y porque tanto Ricardo Vera como Emanuel Zagert quedaron siempre aislados de todo y terminaron siendo presa fácil para los centrales del Pincha.

El local, con mayor velocidad en el traslado, siempre encontró espacios, sobre todo por los laterales, para lastimar.

A los 36, el dueño de casa tuvo el segundo gol. Altamirano aprovechó una salida en falso de la defensa Celeste, pero su remate se estrelló en el travesaño.

San Carlos, lejos de su nivel, trató de maquillar sus buenas actuaciones con más entrega y empeño que otra cosa. Pero con esos argumentos no se ganan partidos.

VIVALDO DE LA JUGÓ

San Carlos sabía que necesitaba mejorar su rendimiento si pretendía rescatar un resultado valioso de Caseros. Y así fue. El equipo tuvo otra predisposición en la segunda etapa. A los 6, Ricardo Vera remató y la pelota casi se mete en el segundo palo. Y un minuto más tarde, el Celeste desperdició un tiro de esquina a favor, generando una contra que casi termina con el gol de Caín Fara .

Después de los 10, Jorge Vivaldo se la jugó con dos cambios. Puso a Igartúa por Molina, arriesgando con línea de tres, y también mandó a la cancha a Maxi Badell por Vera, para darle mayor frescura al ataque. Y después de varios adelantamientos, aunque sin demasiada precisión, a los 24 apareció Angel Luna por el medio para definir un pase venenoso al corazón del área de Alejandro Gómez. La Villa, a partir de allí, se animó algo más. Se dio cuenta que lo podía ganar y, de a poco, empezó a acorralar al Pincha. Tuvo un par de llegadas, pero a sus intentos le faltaron profundidad. La idea fue no perder y lo logró.