Montevideo para fin de semana

Si dejo elegir a mis pies

me llevan camino del mar. Montevideo-

Jorge Drexler –

El mar Es río, pero el montevideano lo llama mar y a fuerza de nombrarlo parece que lo fuera. Este río, que comparten dos países,  apenas se deja ver en Buenos Aires y en la costa oriental se regodea con atardeceres vibrantes, mansedumbre y cierta salinidad. Algunos geógrafos le dicen “mar marginal” del Océano Atlántico. Como sea, las mareas oceánicas aportan a su lado salino y sus dos afluentes -el Paraná y el Uruguay- al barroso.

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La bici Movete es el sistema de alquiler de bicicleta del municipio, similar al de muchas ciudades latinoamericanas y europeas. En este hay que registrarse previamente y después pasar a buscar la tarjeta por el local de atención al usuario, sólo en días de semana.  Hay tres tipos de abono: residente, turista y anual. Si van un fin de semana, lo más práctico es, en la Ciudad Vieja, llegarte hasta Orange Bike y alquilar algún modelo de las disponibles por unas horas o todo el día. Yo alquilé la Urbana, con canasto, casco y candado y la devolví en un estacionamiento muy cerca de mi hotel. También hay tours guiados, que podes contratar por teléfono o en el local.

Café Brasilero Antes de emprender el itinerario, un buen desayuno en este tradicional café*, un clásico de Montevideo y el más antiguo de la ciudad. De día o de noche, al Brasilero hay que ir con tiempo, y como estás en Uruguay y éste transcurre de otra manera, disfrutá tu café o trago, mirá hacia afuera, pensá que Daniel Viglieti y Eduardo Galeano venían acá y encontraban inspiración. El café Irlandés o el Galeano son imperdibles.  Si van a la tardecita o noche, prueben la Gatidana, bebida tradicional aquí. El Brasilero sugiere la actitud Slow Food: disfrutá la charla, saboreá tu comida como si tuvieses tiempo, contá las gotas de café que te quedan por tomar ¡Viví!

Camino a Plaza Independencia y antes de recorrerla, un alto para visitar el Museo Figari, donde conocerán la obra del artista Pedro Figari y su hijo Juan Carlos. Sus cuadros recorren las fiestas populares -el candombe, los bailes gauchescos y del patriciado-, algunos rituales -el circo, corridas de toros- y las costumbres del campo.  Casi llegando a la plaza, está el Museo Torres García. Vale la pena conocerlo y descubrir las diferentes etapas del Universalismo constructivo de Joaquín Torres García, sus exploraciones y su derrotero existencial.  También hay muestras itinerantes de artistas uruguayos.

Librería Más Puro Verso en Sarandí al 675,  donde charlé con Nina sobre escritores jóvenes y no tan jóvenes de Montevideo y Uruguay. Nina me recomienda varios autores y algunas compilaciones. Elegimos 22 mujeres, con 21 cuentos de autoras uruguayas y una prologuista -Alicia Torres-, Todo termina aquí, del uruguayo Gustavo Espinosa, donde Treinta y tres es el escenario de su ficción literaria y según el autor, de donde proviene toda su melancolía.Además, dos guías de viaje de Montevideo y Uruguay. Los libros al canasto y a seguir el recorrido. Puro Verso me hizo acordar un poema de  Borges, de abuelo uruguayo, que pasaba largas temporadas en Uruguay y en esta ciudad: Resbalo por tu tarde como el cansancio por la piedad de un declive. La noche nueva es como un ala sobre tus azoteas. Eres el Buenos Aires que tuvimos, el que en los años se alejó quietamente. Eres nuestra y fiestera, como la estrella que duplican las aguas. 
Puerta falsa en el tiempo, tus calles miran al pasado más leve. Claror de donde la mañana nos llega, sobre las dulces aguas turbias. Antes de iluminar mi celosía tu bajo sol bienaventura tus quintas. Ciudad que se oye como un verso. Calles con luz de patio.

La Puerta de la Ciudadela,  ícono de la antigua Montevideo fortificada y colonial, que tanto españoles, portugueses e ingleses se disputaron. Ya en la Plaza Independencia,  el Mausoleo de Artigas, donde están sus restos y al que es posible ingresar en forma gratuita. Enfrente, en 18 de julio y plaza, el Palacio Salvo,  una joya arquitectónica del arquitecto Mario Palanti. Además, el edificio de la Presidencia de la República, el Teatro Solís y desde allí  por calle Ciudadela hasta…

La Rambla No encontrarán nada más montevideano, entonces, que la rambla que orilla este mar. Democrática e igualitaria, en sus 30 kilómetros desde el puerto hasta Carrasco, uruguayos y turistas hacen de este paseo un rasgo distintivo de la capital y el montevideano. Playas amplias y lugares para tomar mate, mirar el mar y sin apuros, como un uruguayo más, charlar, patinar, correr, andar en bici, hacer playa o pesca deportiva.

Playa Ramírez  La más popular en verano y todo el año. En esta playa podrán pasar el rato, distraerse en la pista de patinaje, esperar el atardecer en el mar o cruzarte al Parque Rodó. Si el día está lindo, la playa de Pocitos invita al baño o a pasearse descalzos por la orilla. Si pedalean un poco más estarán en el Puerto del Buceo, edificio art decó del Yacht Club Uruguayo y puerto de yates. Si es mediodía, no se vayan del puerto sin almorzar en alguna fonda, marisquería o en el restaurant del Yacht Club y probar alguna delicia de este río-mar.  Si llegaron hasta Playa Malvín y aún restan fuerzas, pueden seguir pedaleando hasta Playa Carrasco y pegar la vuelta por la misma ciclovía. Desde acá verán la Isla de las Gaviotas, postal tradicional de Playa Malvín. Volviendo y a la altura de la playa de Pocitos pueden abandonar la ciclovía e internarse en la ciudad. Mapa en mano y después de pedalear más de 15 cuadras llegarán al corazón geográfico de la ciudad y uno de los espacios verdes más extensos: El Parque Batlle. Si tienen suerte y hay partido, vibrarán con las tribunas del Estadio Centenario y sentirán bien de cerca esta pasión uruguaya que es el fútbol.

Los dulces En el parque pueden hacer un alto para tomar mate y comer algo dulce. El Ricardito Con cobertura de chocolate y corazón de merengue es el típico dulce uruguayo que pueden comprar en cualquier kiosco. Conviene comprar varios porque son riquísimos y muy livianos. En los kioscos de la 18 de julio conseguirán el alfajor Marley o "bajonero", para esa hora o momento en que necesitas un shock de energía.

Mercado del Puerto En la Ciudad Vieja, un paseo gastronómico que no te podes perder para deleitarte con una parrillada, tomar un medio y medio o degustar el típico chivito uruguayo. Inaugurado en 1868, el Mercado del Puerto es todo un emblema de Montevideo con su estructura de hierro traída desde Liverpool.  Durante años fue un mercado de frutas, verduras y carne y  el más grande de Sudamérica. Pedí un Medio y medio -combinación de vino espumoso dulce y vino blanco seco- en Roldós, el clásico del Mercado del Puerto y la casa que lo hizo por primera vez en forma artesanal y brindá  o evocá la garra charrúa.

Chivito La versión más aceptada dice que el creador del chivito, que nunca registró su invento, fue Antonio Carbonaro, quien entre 1940 y 1960 administró en Punta del Este el restaurant “El Mejillón” y llegó a vender mil chivitos por día. Los primeros eran un sandwich de lomo vacuno salteado en una plancha de chapa. Con el tiempo fueron apareciendo variantes de pollo y surgiendo ingredientes y guarniciones. Carne vacuna, jamón cocido, panceta, queso, lechuga, tomate, morrón y huevo frito, en un sándwich o al plato.

18 de Julio Volvemos del Parque Batlle por esta tradicional vía montevideana y desde el Obelisco hasta la plaza Independencia atravesamos los barrios Cordón y Centro y apreciamos la arquitectura, sus plazas, las arboledas, la fuente de los candados, la Intendencia.  Un fin de semana ya no es la vía ajetreada de siempre aunque sus tiendas, bares, cines, teatros están abiertos. El Palacio Lapido es una muestra cabal de arquitectura moderna en Uruguay. Austero, el Lapido se construyó entre 1929 y 1933, dedicado a viviendas, oficinas y durante muchos años la sede del diario vespertino Tribuna Popular.

La ciudad vieja No devuelvan la bicicleta sin antes darse una vuelta por la Plaza Matríz, donde los sábados por la mañana hay una feria de antiguedades. Está sobre la Peatonal Sarandí,  rodeada de edificios de la ciudad colonial como el Cabildo, uno de los íconos aún en pié del Montevideo Colonial. De 1804, fue Declarado Monumento Histórico. Aquí, un 18 de julio de 1830, se sancionó la primer Constitución de la República. Más tarde funcionó el Poder Legislativo y el Ministerio de Relaciones Exteriores. No dejar de pasar por la Peatonal Bacacay y sus librerías, tiendas y bares.

Teatro Solís Inaugurado el 25 de agosto de 1856 con la ópera Ernani de Verdi, se puede ingresar libremente o hacer la visita guiada para recorrer las salas de espectáculos -los miércoles son gratuitas- o visitar alguna exposición. “Tu propia visita” es para visitar libremente la galería de fotos, la Sala de Exposiciones y el edificio interactivo. También hay visitas guiadas.

Bar Tasende Para la vuelta, antes de dejar la bicicleta y cuando está cayendo el sol, un buen plan es visitar esta legendaria esquina  de Ciudadela y  San José en la Ciudad Vieja, un punto de encuentro de músicos, poetas, actores y del mismísimo Pepe Mujica cuando era Presidente. La especialidad es la pizza al tacho. No se la pierdan.

Durazno y Convención Muy cerca, la esquina que popularizó Jaime Roos y donde se crió jugando a la pelota con otros diez botijas. La calle Durazno/nace a la intemperie/telón ceniciento/palmeras al viento/abierta a las olas/marrones y blancas/de la playa chica/que muere en el Gas/la calle Durazno muere sin saberlo/Cuando se ilumina/toda de lila/en pleno diciembre/a la hora más lenta/la siesta obligada/del jacarandá. Para muchos uruguayos, un punto turístico propio.

Espacios de Arte Cuando te canses de pedalear, la oferta para visitar museos y espacios de Arte es mucha y variada. En el Centro de Exposiciones Subte de la Plaza Fabini siempre hay muestras de artistas uruguayos. Allí conseguirás una guía de museos y exposiciones vigentes.

Nocturnas En Montevideo hay una oferta gastronómica muy amplia que excede las zonas puramente turísticas, con emprendimientos en todos los barrios. Mesa Brava da cuenta de esto y desde hace un tiempo que recorre todo el país con su propuesta gastronómica. Sugerimos, para la noche, la Ciudad Vieja. Desde que cae el sol se pueden acomodar en una mesa de alguno de los bares -son muchos, tienen para elegir- y empezar con una Patricia, Pilsen o Zillertall y pedirse una fainá. Podrán hacerlo en la calle Ciudadela, desde la Plaza Independencia hasta la Rambla. Imperdible la pizza del bar Santa Catalina, en Ciudadela y Canelones. Hay otros bares y cervecerías artesanales con mesas a la calle.  Fun Fun, en Soriano 922, es el bar tradicional de la ciudad por donde pasó toda la bohemia montevideana, con shows de tango y la posibilidad de probar la Uvita, bebida emblemática del sitio.

Mate, candombe y murga  El mate en Uruguay ocupa un lugar muy importante. En cualquier momento del día, a toda hora, en pleno día de oficina por la 18 de julio, en las paradas de los autobuses o en un día de recreación en la rambla, el mate y el termo con agua caliente acompañan al Uruguayo en su andar, casi como una parte más del cuerpo. En Uruguay es bebida nacional, parte de su identidad. “Tras el ademán litúrgico de preparar, cebar y tomar mate hay una concepción del mundo y de la vida… El mate vence las tendencias aislacionistas del criollo,  empareja las clases sociales…Y en todos los tiempos fue el mate el que hizo la rueda y no la rueda la que trajo al mate”, dice Daniel Vidart, antropólogo uruguayo.

Con gran parte de la población descendiente de africanos no es extraño que surgiera y arraigara el candombe, para preservar raíces, resistir y celebrar. En el barrio Sur, los fines de semana de febrero hay cuerdas de candombe hasta que las llamadas ocupan la escena.  La  Murga en este país es un espectáculo popular polifónico con origen en la zarzuela española. En los tablados, en los clubes, en las calles y barrios, la ciudad toda es el escenario real de las murgas, que trabajan durante todo el año en sus trajes y carrozas para el desfile de carnaval. Que no se apague nunca el eco de los bombos Que no se lleven los muñecos del tablado Quiero vivir en el reinado del dios Momo Quiero ser húsar de su ejército endiablado. Colombina- Jaime Roos 

Canciones Montevideo Sonoro te ayuda a armar tu playlist para recorrer la ciudad. Son 300 canciones de un proyecto que comenzó digital y se convirtió en libro. Si querés hacer tu recorrido con algunas referencias musicales, consultá este mapa de canciones de artistas y géneros diversos que recorre las calles, el fútbol, la rambla y la murga, desde algo de la musicalidad de esta urbe.

Feria de Tristán Narvaja Dejamos el último día para pedalear a la tradicional feria callejera de frutas, verduras y antiguedades que funciona los domingos por la mañana en esta calle, a unas 15 cuadras del centro. En Tristán Narvaja encontrarán las pastas frescas para el almuerzo del domingo, peces, discos antiguos, ropa nueva y usada, quesos, aves y hamsters.  Sobre la calle Paysandú hay una muy nutrida feria de libros usados y nuevos. Nos detenemos aquí y damos por finalizada nuestra travesía en bici por Montevideo llevándonos dos libros de escritores uruguayos. La borra del café de Mario Benedetti y Mujeres de Eduardo Galeano para, una vez en casa, seguir pensando en Uruguay,  país sin excentricidades, que existe y resiste a otro pulso.

*Ciudades emergentes y sostenibles es un programa que aplican numerosas ciudades del continente el cual sostiene y trabaja para una alta calidad de vida para los habitantes, minimiza su impacto al medio natural y garantiza su desarrollo  económico.