Los Simpson casi logran que Donald Trump cuestione sus decisiones

La imagen de mandatario de decisiones determinantes e incuestionables que cosechó Donald Trump desde que fue electo presidente de los Estados Unidos fue blanco del ojo crítico de Los Simpson, que consiguieron al menos en la ficción que Trump reflexionara al menos en sus sueños sobre esa actitud que tanto lo caracteriza.

En una de las escenas de avance del último capítulo, correspondiente a la vigésima novena temporada, el mandatario afronta una situación de protesta en la Casa Blanca por parte de empleados despedidos, y posteriormente se la ve a Melania leyendo “Fire and Fury: Inside the Trump White House”, el libro sobre los comportamientos del presidente que causó profundos disgustos, y al propio Trump acostado y rodeado de titulares no demasiado gratos, por ejemplo uno que dice “Putin se declara a sí mismo el Secretario de Estado de Estados Unidos”.

Tras despertarse, Trump comenta curiosamente que “ya no puedo vivir así” y empieza a caminar diciendo “quizá es hora de mirarme al espejo y pensar en lo que estoy haciendo”. Al llegar al espejo de la habitación, sobre el final de un largo pasillo, sin la sonrisa y el porte de grandeza que luce habitualmente, se besa en su reflejo, y enseguida se arrepiente y reflexiona ser más honesto consigo mismo.

Además, se endilga que no es "100% consistente” y se reprocha hacer trampa cuando juega al golf, en sus declaraciones con la renta e inclusos con las mujeres.

Y se confiesa que “has estado actuado como un sociópata narcisista y entre un 64% y un 67% del pueblo te odia”.

Sin embargo, nada de ello era real, ya que luego Trump vuelve a despertar. Sus reflexiones habían sido parte de un sueño horrible. Y de ellas llega a la conclusión de que debe tuitear lo que siente su corazón. Acto seguido, mientras una lágrima recorre su rostro, Trump hace caso a lo que acababa de pensar y en Twitter: “Alex Baldwin usa una peluca. ¡TRISTE!”.

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