La acusada del crimen en Savoia optó por el silencio

Vanesa Elizabeth Pérez Ledesma (28), la acusada de matar en el barrio Savoia a Emanuel Hours (20), a quien el domingo pasado, según la imputación judicial, le habría pegado una puñalada en el pecho, ayer fue trasladada al edificio de las fiscalías platenses para la declaración indagatoria.

Sin embargo, de acuerdo a fuentes del caso, “se negó a responder preguntas”, por lo que volvió a su lugar de detención, en una comisaría de la zona norte de la Ciudad, de la que, de todos modos, piensan derivar hacia alguna alcaidía o unidad penitenciaria, ya que presuntamente en estas horas posteriores al homicidio tuvo problemas de convivencia con otras internas.

Como se sabe, a Pérez Ledesma le endilgaron cargos por “homicidio agravado por alevosía”, delito que, de confirmarse su autoría, prevé una pena de prisión perpetua.

Al parecer, siempre en base a lo que pudieron reconstruir los investigadores, a Hours lo sujetaron y la joven le habría clavado el puñal, que todavía no apareció.

Las razones de la agresión mortal aún se procuran establecer, sobre todo porque la víctima vivía en la localidad de Hudson, partido de Berazategui, y estuvo de visita por el barrio Savoia, ya que allí tenía familiares.

Si se topó con una situación inesperada, quiso intervenir y lo mataron; si fue protagonista de algún incidente o si lo atacaron por atacar o en medio de un robo, son las hipótesis que están en la mesa de los responsables de la causa.

Ayer en el barrio Savoia se desarrolló un operativo de saturación, que incluyó móviles de distintas fuerzas de seguridad.

Demás está decir que esa masiva presencia de patrulleros y efectivos, sobre las calles 13 y 476, modificó la fisonomía habitual de la zona, que estaba pidiendo a gritos mayor prevención, tras tres homicidios en poco menos de dos meses.

A esta altura del año, el barrio Savoia pasó a ser uno de los más peligrosos de la Ciudad o, el más peligroso, donde a diario se combinan marginalidad, drogas y violencia.

Todo se asocia a un escenario de jóvenes “Ni Ni” (ni estudian, ni trabajan), a los que se vincula con esa trama de delitos y enfrentamientos cada vez más recurrentes.