La iluminación es clave para la calidad de vida en cada espacio de la vivienda

Es sabido que la iluminación juega un rol central en la vida cotidiana de cada ser humano, porque determina la capacidad de realizar determinados tipos de trabajos y la hora de su realización.

Es más, recientes estudios han descubierto los mecanismos que controlan el reloj biológico que regula el ritmo día y noche de los seres humanos, comprobándose que el ritmo biológico de los seres humanos está regulado por el ciclo de la luz solar.

Se trata, principalmente, de la cantidad de componente azul de la luz responsable de inhibir o de estimular la secreción de melatonina, la hormona asociada al sueño.

La luz de la mañana más rica en luz azul inhibe la hormona melatonina y fomenta la actividad de cortisol, la hormona del estrés. De este modo aumenta el estado de atención de las personas, su capacidad de concentración y su sensación de bienestar general.

Con el transcurso del día el color de la luz adquiere un tono más caliente, lo que produce una inversión de estos efectos y el ser humano se relaja en las horas del anochecer y se prepara para la fase de sueño.

Es un tema que ocupa también a la industria de las luminarias, los arquitectos y los planificadores, que desarrollan soluciones de iluminación para las diferentes áreas de aplicación, basadas en los conocimientos científicos.

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De allí que la iluminación sea un elemento central en la decoración dado que incide directamente en la calidad de vida de los seres humanos.

Por eso es importante diseñar qué iluminación tendrá la casa.

Para que este trabajo sea efectivo es necesario determinar cuánta luz natural entra en cada ambiente de la vivienda, qué orientación tiene, la superficie de cada habitación, si los techos son altos o bajos, qué tipo de paredes y pisos hay, cómo es el mobiliario o qué estilo se está pensando incorporar.

UNA LUZ PARA CADA LUGAR

Un buen consejo es primero hacer una lista de qué acciones se realizan en cada ambiente. Por ejemplo: en el dormitorio se duerme, se lee, uno se cambia de ropa, se tienen momentos de intimidad.

En este sentido, se puede planificar para que cada actividad sea acompañada por un tipo lumínico especial.

Para dormir será imprescindible oscuridad para lo cual se debe bloquear el ingreso de luz natural; para leer se necesita un velador o una luminaria que cuelgue al costado de la cama, ésta debe dar una luz puntual que permita leer de manera cómoda, sin hacer esfuerzos ni cansar la vista, y para vestirse se precisa una luz general, que deje ver bien los colores, las combinaciones.

Siempre, además de lo estético es importante tener en cuenta la función de cada lámpara y dónde se la ubicará, debe iluminar pero no encandilar.

También hay que saber qué tipo de luz da. Por otra parte, además de su función original, una luminaria puede convertirse en un objeto con alto valor estético y decorativo.

La iluminación es un elemento central en la decoración que incide en la calidad de vida

Actualmente, la tendencia posibilita elegir entre una amplia variedad de materiales, formas y colores.

Sin embargo, hay algunas opciones que nunca fallan, como los materiales nobles, los objetos con historia, los materiales ecológicos, que traigan buena energía a los ambientes.

REFUERZOS

En los espacios grandes, como un living, es bueno proponer una luz general y reforzarla con luces más puntuales, como lámparas de mesa o de pie, que aportan un clima más cálido y relajado, y ayudan a dar volumen a cada rincón.

Si es posible, la luz general de este espacio puede ser regulable, para así obtener distintos climas con un mismo artefacto.

Además de los equipos eléctricos, hay otras variables que se pueden tener en cuenta para iluminar.

Es el caso de las velas que brindan una luz intima y relajada, ideal para momentos de relax. Incluso, se pueden usar dentro de lámparas de vidrio de color para generar distintos climas.

Claro está que durante el día es preferible aprovechar al máximo la luz natural, y a la noche lo ideal es amenizar los distintos climas combinando una iluminación generalizada y otra más puntual, que acompañe a los habitantes de la casa.

Un buen criterio puede ser elegir siempre una luz ambiental de techo que nos garantice una iluminación más general, y por otro lado, jugar con lámparas de mesa, de pie y apliques, para dar volumen y calidez a cada ambiente.