Una ley que valore los aportes sociales de los clubes de barrio

Edición Impresa

Hace ya largo tiempo que los clubes de barrio de nuestra ciudad se encuentran expuestos a circunstancias económicas negativas, cada vez más acuciantes, sin que estas instituciones dispongan de una legislación comprensiva a la hora de reconocer las trascendentes prestaciones sociales que prestan.

De allí que la supervivencia de estas entidades –tan tradicionales y, a la vez, tan necesarias para la vida social de la Ciudad- depende en buena medida, en la mayoría de los casos, de la creatividad, espíritu de iniciativa y desinterés de los vecinos, de los socios y de los dirigentes que los conducen.

Un artículo publicado en este diario reflejó el caso del club Estrella de la Loma, referente barrial de ese barrio, que después de algunos años de permanecer cerrado, sin propuestas y con la sede que llegó a estar ocupada por intrusos, está logrando recuperarse merced al entusiasmo de numerosos vecinos que decidieron poner el hombro.

Tal como se informó en una nota publicada en este diario, la semana pasada, una vez concluida una primera etapa del trabajo mancomunado que están encarando los vecinos, la entidad de 41 entre 18 y 19 reanudó sus actividades después de mucho tiempo. El remozado club arrancó con clases de baile y de gimnasia artística, en tanto que ahora sus dirigentes esperan avanzar con las mejoras para llegar a una suerte de refundación, de una nueva presentación en sociedad que le de impulso para iniciar una nueva época de grandeza.

A partir de allí los vecinos se ocuparon de limpiar a fondo la sede, restaurar el mobiliario, extraer la humedad de las paredes y pintar diversos sectores. Queda mucho por hacer, según dijeron. Entre otros trabajos, esperan renovar el techo, poner a punto algunos sitios para practicar deportes y restaurar algunos salones para viabilizar el funcionamiento de diversos talleres y de la biblioteca.

Bien se conoce que las entidades de bien público barriales –que sirven como escenario desinteresado de actividades educativas, culturales, deportivas y recreativas- se vieron siempre presionadas por deudas de diversa índole y, asimismo, por trabas burocráticas que atentaron contra sus posibilidades de crecimiento.

Pese a ello, crecidos del esfuerzo solidario de los vecinos y sostenidos por esas mismas bases, los clubes de barrio de nuestra zona, sus sociedades de fomento y sus instituciones sociales han entregado generosamente lo mejor de su espíritu. Ligadas a la historia de cada barrio y con una función social irremplazable, prestadas en muchos casos a partir de sus valiosas bibliotecas, muchas de estas entidades han sobrevivido a las peores crisis.

El ejemplo del club Estrella de la Loma caracteriza con justeza la personalidad y el valor de estas instituciones. Sin embargo, está claro que el Estado debería impulsar una ley específica que reconozca la excelencia de los servicios sociales que prestan y que, a su vez, mediante una prudente valoración, les garantice continuidad.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE