No tenían carga en la SUBE, encañonaron a un chofer de la Oeste y asaltaron al pasaje

A menos de dos semanas del crimen que indignó al país y forzó el debate de medidas para frenar la inseguridad en los colectivos, otro chofer vivió una situación terrorífica mientras conducía un interno de la línea Oeste por las calles de La Plata y cuatro delincuentes pusieron en riesgo su vida y la de ocho pasajeros, en poco más de 100 metros.

“Pensé en mi hija y en que me pegaban un tiro”, dijo el protagonista de esta historia, Daniel Martínez, confesando que la pasó mal y se “impresionó mucho”. Enterados de lo que había sucedido, sus compañeros interrumpieron el servicio durante toda la madrugada y la empresa le otorgó una semana de licencia.

Anoche, la policía montó un operativo de control en la zona donde ocurrió el hecho, que es la misma donde sucedió otro, muy parecido, pocos días antes.

El último pasó cerca de las 22 del viernes, cuando Martínez detuvo el interno 16 de la línea Oeste en la parada de 520 y 141, para que subieran una mujer y cuatro adolescentes que, calculó, tendrían entre 16 y 18 años.

“A la señora la dejaron subir primero y pagó su boleto”, recordó el muchacho en una charla con una radio local, pero cuando los jóvenes intentaron hacerlo, “no tenían saldo en la tarjeta. Los hice probar tres veces, hasta que dije ‘mirá amigo, no tenés saldo’”.

En una escena muy parecida a la que desencadenó en el asesinato del chofer Leandro Alcaraz en Virrey del Pino, uno de los adolescentes sacó una pistola, la puso en el cuello del chofer y le dijo “acá no tengo (carga), pero acá si”, según reveló la víctima.

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Inmediatamente después la banda se dispuso a robar las pertenencias de los ocho pasajeros: la mujer que había subido a la unidad en la misma parada que ellos y otros siete que viajaban sentados.

“A mí me llevaron encañonado con el micro en movimiento por una cuadra y media, robaron todo lo que tenían que robar y como yo iba haciendo una maniobra, mis compañeros se dieron cuenta de lo que pasaba, empezaron a llamar al 911 y a pararse”, explicó Martínez.

Según el chofer, cuando los atacantes advirtieron que volanteaba para llamar la atención de otros colectiveros, lo insultaron y amenazaron con “quemarlo”. Justo después, escuchó “el ruido del gatillo, que tiró para atrás”.

“Era una 9 milímetros”, detalló Martínez, “lo sé porque la tuve frente a mis ojos”.

Los delincuentes le quitaron luego la llave del vehículo, que quedó parado en 520 y 140, y escaparon corriendo. Más allá del momento, que calificó de “horrible”, Martínez destacó el acompañamiento de sus compañeros.

La denuncia quedó radicada en la subcomisaría La Unión, a donde acudieron también representantes gremiales de la UTA y de la empresa 9 de Julio. El servicio de la línea Oeste se interrumpió entre las 22.30 del viernes y las 7.30 de ayer.

“Nuestra vida vale más que lo que hacemos y tenemos que cuidarnos”, reflexionó Martínez, aunque, reconoció, “muchas veces no alcanza. La policía tiene predisposición, pero (la solución) tiene que venir de más arriba. Que los políticos tomen cartas en el asunto”, reclamó. En relación con la medida de protesta de sus compañeros, el chofer lamentó haber dejado “a media ciudad de La Plata sin micros”, lo que es “una lástima, porque el pasajero que va a trabajar no tiene la culpa”.

Por último, contó que en esos instantes en que sintió la presión del caño en su cuello pensó en su hija y en seguir adelante, sin poner en riesgo su vida ni la de los pasajeros: “Quise evitar que nos peguen un tiro y lo resolví bien, pero un día pasa lo que pasó con el compañero de Buenos Aires”, en referencia al asesinato de Alcaraz, por el que hay dos sospechosos detenidos. Desde la línea Oeste confiaron a este diario que el del viernes fue el segundo asalto que padeció un chofer de esa empresa en la misma zona, con pocos días de diferencia, por lo que no descartan que se trate de la misma banda.

Delegados de la UTA conviniera con autoridades de la Departamental La Plata en hacer operativos policiales de control e identificación en micros de distintas líneas y, en particular de la Oeste, en la zona sindicada como de riesgo.

De este modo, pasadas las 20 de ayer se montaron dos puestos policiales de control en 520 y 139 y en 32 y 143, con efectivos de la subcomisaría La Unión, la Departamental y la Local.