Diego Ramos: “Si captás a un chico, tenés un espectador para toda la vida”

El Coliseo Podestá prepara su cuarta producción integral para estas vacaciones de invierno, cuando, con libro, letras y dirección de Gastón Marioni y música original y dirección musical de Damián Mahler, visitarán el universo de Horacio Quiroga en “Cuentos de la Selva”, obra basada en los relatos del escritor que se estrenará el 14 de julio en la Ciudad y podrá verse hasta el 29 de julio, con entrada gratuita.

Con elenco y orquesta elegidos a través de un casting realizado en abril, la obra que hilvanará varios cuentos del mítico libro de Quiroga estará protagonizada por Diego Ramos, que se bajará de los tacos que usa en “Casa Valentina” para subirse a esta propuesta infantil donde interpretará a un reportero que llega a la selva misionera, una especie de Horacio Quiroga, que operará como una especie de hilo conductor entre las diversas fábulas de Quiroga que componen su obra más leída.

Ramos llegó ayer, en medio del extendido temporal, a la Ciudad para realizar la primera lectura de la obra en el Coliseo, y contó en diálogo con EL DIA que tenía “muchas ganas de trabajar con Marioni y Mahler”, algo que por cuestiones de tiempos no se había logrado en dos ocasiones anteriores. Esta vez, recibió el llamado del director del Coliseo, revisó su agenda y encontró que podía hacerse el hueco y darse el gusto.

“Y que todo sea en el marco de este teatro es la frutilla del postre. Es un teatro que cada vez que entrás, te sorprende”, afirma el ex galán de telenovelas como “Ricos y famosos”, dos veces ganador del Martín Fierro (por “Los exitosos Pells” y “Educando a Nina”), un enamorado del Coliseo, de la Ciudad, “una plaza teatral muy fuerte”, y también de Quiroga, a quien recuerda haberlo leído en el colegio, como tantos argentinos.

“Me encanta que nos metamos con algo que está dentro de nuestra idiosincrasia, nuestra cultura, como Quiroga: los chicos lo tienen presente, los grandes se acuerdan que lo leían en el colegio, que se los leía la madre. Me sucede lo mismo que cuando hago obras de Midón, de María Elena Walsh: está dentro de nuestro ADN, entonces incorpora a los chicos pero no deja a los padres afuera: todos saben de qué se habla y compartir eso entre padres e hijos está buenísimo”, analizó el actor que además de continuar con la exitosa “Casa Valentina”, brindó anoche su última función como director del musical “Falsettos”, de William Finn.

Pero el polifacético Ramos dice que para pasar del teatro “adulto” al infantil no hace falta cambiar ningún chip. “Se actúa en todos los lados igual, con la misma seriedad, la misma verdad. Y con el mismo respeto, si no más, para chicos: a los chicos no hay que tratarlos como tontos, hay que contarles un cuento de la misma manera que uno se lo contaría a un adulto”, dice Ramos, para quien obras como “Cuentos de la Selva”, o los trabajos de Midón y Walsh en los que le ha tocado trabajar, “desafía un poco la capacidad de un chico de ver un espectáculo, trasladarlo a su vida, sus fantasías, sus pasiones”.

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Y ese desafío es para él necesario porque “trabajar para chicos es una muy linda responsabilidad: si vos captás a ese chico como espectador, tenés un espectador para toda la vida. Entonces tenés que darle algo lindo, verdadero, entretenido, que ir al teatro sea bueno para él, que salga y le pida a la mamá de ir a ver otra obra”.

PASIÓN MUSICAL

Con la obra dirigida por Marioni Ramos continuará explorando el musical, “el género que más me gusta desde que soy chico”, y que ya lo tiene preparando “Tommy”, la ópera rock de The Who, para este año, y “A Chorus Line” para el año que viene.

“Hacerlo me encanta: el canto, la danza y la actuación, ese engranaje perfecto entre vestuario, escenografía, coreografía... Cuando sucede lo que tiene que suceder el público es muy agradecido. Y me encanta la fantasía que propone, la capacidad de crear nuevos mundos”, revela Ramos, para quien “es el género más riguroso que hay, no solo arriba del escenario, te levantás pensando como cuidar la voz, el cuerpo. Hay una rigurosidad linda: para todas las obras, hay que cuidarse pero más para el musical”.

El musical, que descubrió de chico con obras como “El diluvio que viene” o “Annie”, “es lo que más estudio, lo que más veo, en lo que más me quiero formar”. Justamente su filosofía de trabajo y vida tiene que ver con el estudio: “Creo mucho en el estudio, en preparar y preparar”, responde cuando se le pregunta cómo fue dar el salto a lo desconocido, a la dirección, en el marco de un género riguroso como el musical. Si hay preparación, opina, “la podés pifiar en alguna cosa, pero el trabajo se va a ver”.

“Falsettos”, su debut en la dirección, tuvo una muy buena convocatoria en el marco de lo que parece paradójico: mientras al teatro le cuesta llevar público, el musical resurge con producciones de altísima calidad y presupuesto, como “Sugar”, “Sunset Boulevard” y “El violinista en el tejado”, funciones “en días que no son tan comunes”, obras independientes en el off. “La gente responde”, dice el actor y director, y él, mientras tanto, “ruego que les vaya bien a todos, porque si les va bien quizás me llaman a mi para algo el año que viene”.