Ramón Navarro, un cantautor con calles
Edición Impresa | 9 de Abril de 2018 | 04:28

Cada vez que Ramón Navarro regresa a Chuquis, el pueblo en el que vivió hasta los 19 años, “no puedo verlo de otra manera que con el color de la nostalgia”
“Uno camino esos rinconcitos y se acuerda de las parranderías que ha hecho cuando era chango, de las emociones, incluso de los cantos a los pesebres. Yo no soy una persona muy creyente, pero en aquellos años salíamos a cantarle al Niño Dios con tal de andar con las chinitas a la noche”, se ríe el folclorista de 84 años y mil canciones.
Pero, desde 2014, regresar a Chuquis significa algo más: al pasear por las calles de su infancia, no puede dejar de ver que los nombres de las mismas son los nombres de sus canciones, un homenaje que le realizó el poblado a raíz de su cumpleaños número 80, una fiesta retratada por el documental de Silvia Majul “Un pueblo hecho canción”, que se verá esta noche, desde las 20.30, en 49 entre 8 y 9, en el marco del naciente Ciclo de Cine “Por la Huella”.
“Fue una sorpresa muy grata: me lo tenían medio escondido al asunto”, cuenta en diálogo con EL DIA sobre aquel evento de 2014 el cantautor considerado uno de los arquitectos de la música popular argentina, voz solista de “Los Caudillos”, de Ariel Ramírez y Félix Luna, y parte de la legendaria Los Cantores de Quilla Huasi.
Y, desde 2014, esa trayectoria da nombre a la ciudad. “Desde luego”, explica, “el pueblo no tiene trazada como las ciudades: hay una calle que marca la subida desde la plaza, donde está la iglesia, los almacenes, la escuela. La calle sube como trepando el cerro, y la callecitas van saliendo del costado, pero no en forma paralela, oblicuas algunas, otras dan una vueltita”, algo que el artista ve como una metáfora de sus canciones, que “salen de cualquier lado y no sabemos de su destino, no sabemos que va a pasar con ella. Cuando sale la canción, sale porque a uno le gustó, trata de quitarle todo lo que pueda quitarle, y una vez que redondeó todo, ahí ya está a disposición de la gente: el público es en definitiva el que la conserva o no”.
Buena parte de la obra de Navarro que da nombre a su pueblo está dedicada a los personajes de Chuquis, desde “Leopoldo Silencio” a “Ñica sueña moliendo maíz”: de esos personajes, Ñica fue justamente la única que seguía con vida el año del homenaje, aunque, recuerda emocionado Navarro, se acercaron otros “changos con los que andábamos cantando vidalas por ahí, a caballo de casa en casa, dando serenatas a alguna niña bonita. Hacíamos creer que era para el padre, pero era para la hija, el padre nos convidaba siempre un vaso de vino... Esas cosas no se van más de la memoria”.
Aquella fiesta podrá verse en el documental que se muestra esta noche y que incluye un repaso por la vida y obra de Navarro en su propia voz. La proyección será precedida por un show a cargo de Fernando Rossini Trío.
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