Llegó el momento de la introspección
Edición Impresa | 11 de Junio de 2018 | 05:07

Por EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES
“Los jugadores, a veces, pareciera que viven dentro de un subte”. Más de una vez escuché e inclusive compartí esa frase, de tono crítico. Más aún, siempre admiré además a los ídolos deportivos comprometidos con su tiempo, como por ejemplo el inolvidable Muhammad Alí, despojado de su título y condenado a la cárcel cuando se negó a combatir en la guerra de Vietnam. Imposible olvidar cuando Diego Maradona y Jorge Valdano desafiaron en pleno Mundial de México nada menos que al presidente de la FIFA, Joao Havelange. Le dijeron, poco menos, que jugar en el Distrito Federal al mediodía, con sol ardiente, humedad y alta temperatura solo para favorecer a la TV, era algo así como una estafa para el público.
Cállense y jueguen, les ordenó Havelange. “Las ordenes –contestó entonces Valdano- son las respuestas de los dictadores”. Maradona, fácil para él, subió la apuesta y nosotros, los periodistas, felices con la polémica. No Carlos Bilardo. Preocupado, el DT pidió a sus jugadores que por favor pusieran fin al asunto. El Narigón entendió que no era bueno que sus jugadores sumaran más desgaste a la tensión inevitable de la competencia. Y menos aún confrontar con la FIFA, algo inconveniente cuando se aspira a ganar el Mundial. Maradona, entonces, se puso “en foco” como nunca. Dentro de la cancha, ya lo sabemos, hizo lo que hizo. Y, fuera de la cancha, se paraba sobre una tarima para enfrentar a casi doscientos periodistas que le preguntaban de todo. Respondía siempre con la habilidad de un diplomático. Creo que nunca lo vi tan en foco.
Por eso comprendo ahora como nunca la importancia de que los jugadores de la selección se metan dentro del subte. Que se abstraigan de todo porque falta menos de una semana para el debut. Porque están por jugar acaso los partidos más importantes de sus vidas y en los alrededores ha sucedido de todo. Primero fue el susto de Gabriel Mercado que pisó mal y salió en camilla en el clásico Sevilla-Betis. Luego, aquel ya lejanísimo (sucedió hace menos de un mes) rodillazo de Papu Gómez que resintió de su lesión a Lucas Biglia. Cuando el 23 de mayo la selección inició los entrenamientos, se conoció la caricatura crítica del padre de Nahuel Guzmán al DT Jorge Sampaoli. Se lesionó el Chiquito Romero y Guzmán hijo a la selección.
“Todas las previas mundialistas tuvieron problemas. Esta ha sido una de las más agitadas”
Ya en Barcelona saltó primero la foto de Cristian Ansaldi con su mujer en el jacuzzi, hoy una pavada en medio de tanta bala. Porque luego saltaron luego la visita anulada al Vaticano, el enojo primero del mundo árabe y luego de Israel. Hasta el presidente de la nación sabía ya desde marzo que el amistoso contra Israel estaba programado en Jerusalén. Lo revela una carta del premier Benjamin Netayahu a Mauricio Macri. “He instruído las más relevantes autoridades a hacer todos los preparativos necesarios para que el partido tome lugar en Jerusalén, nuestra capital eterna”, escribió Netayahu a Macri. Y cerraba la carta: “Para mí será un placer recibirlo en Jerusalén y reafirmar la creciente amistad entre nuestros países”. La cancillería argentina, sin embargo, tomó distancia la semana pasada diciendo que se enteró hace diez días que el partido era en Jerusalén y que envió un alerta a la AFA. Y el propio Macri sugirió el jueves ante la prensa que se sintió incómodo por el llamado de Netayahu pidiéndole si podía revertir la negativa de los jugadores.
Casi toda la prensa apuntó contra Chiqui Tapia, que cedió ante la tentación del buen dinero. Pero, claro, siempre es más fácil pegarle al presidente de la AFA que al presidente de la nación. Tapia ayudó a sus críticos cuando dijo que decidió cancelar el partido como un “aporte a la paz mundial”. Sonó grandilocuente. Sufrió burlas clasistas. Pero su frase tiene algo de cierto. El medio centenar de palestinos muertos y los miles de heridos en la última protesta por la mudanza de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén dan fe de ello. Puede argumentarse que Messi, que tiene un patrocinador israelí, no quería ver su imagen manchada en el mundo árabe, porque no solo en Palestina quemaban sus camisetas. Y que la AFA tampoco, porque precisará los votos de la región si efectivamente se postula junto con Uruguay y Paraguay como sede del Mundial 2030. Pero, aún con su inevitable desprolijidad, fue acertada la decisión de los jugadores de negarse a jugar en Jerusalén.
No hubiese sido bueno arriesgar tanta tensión a una semana del debut. La seguridad estaba garantizada. La manipulación también. Todos se llenan la boca diciendo que no debe mezclarse al fútbol con la política. ¿Pero no fue acaso el gobierno nacional el que dio un empuje a este amistoso? ¿Y no decidió acaso Israel mudarlo a Jerusalén por una cuestión política, visita incluída de Messi al Muro de los Lamentos, foto que debía dar la vuelta al mundo? “Hay otra propaganda mejor que esa?”, llegó a preguntarse Miri Regev, ministra de Deportes y Cultura. Más fácil echarle la culpa a Palestina, claro. Cuando todo parecía calmarse, el viernes se lesionó Manu Lanzini, titular seguro. Ayer fue reemplazado por Enzo Pérez. Todas las previas mundialistas tuvieron problemas. Esta ha sido una de las más agitadas. Tal vez ayudó a fortalecer vínculos. Y, en medio de la tormenta, Sampaoli pudo entrenar como nunca.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE