En la calle, las viviendas y los negocios, los ladrones tienen en jaque a vecinos de la zona Norte

Carlos Jara se retiró hace 5 años de la Armada. Tras 52 años como soldado tenía entre sus mejores recuerdos la medalla que la Fuerza le dio en reconocimiento por su participación en el desembarco argentino en las Islas Malvinas, en 1982. Anteayer, los ladrones que se metieron en su casa, en la zona de 509 y 132 bis, no respetaron ni ese testimonio de orgullo.

El delito como problemática extendida volvió a mostrarse ayer en la zona Norte, con un escruche a las 3 de la tarde a una casa de deportes, en el que se llevaron 4 bicicletas que valen en total unos 80 mil pesos. El dueño del comercio denunció que actuó un grupo de menores que “tienen entre 10 y 11 años y hay nenes de 6 ó 7. Se fueron corriendo por las vías”, denunció. Todo esto, en un contexto en el que varios vecinos se quejaron esta semana por la reiteración de robos de ruedas de automóviles en la zona de 492 y 14.

Durante el mediodía, en la mencionada vivienda de Hernández, el hombre de 69 años salió junto a su pareja a hacer trámites. Al volver, una hora y medida más tarde, estaba todo revuelto. Faltaban muchas cosas de valor y también lo que más querían en la familia.

“Lo que más lamento son las cosas que tienen valor afectivo”, contó Jara y detalló que entre esos objetos está “la medalla que me dieron por participar en el desembarco en Malvinas como parte del buque Santísima Trinidad”, el 2 de abril de 1982. Además de ese recuerdo, atestiguaban su tarea de servicio un juego de gemelos y una distinción referida a un hecho trascendental para la historia moderna del país, como fue el litigio limítrofe con Chile. “Era una medalla que nos dio nuestro capitán de entonces, con la imagen del Papa cuando intervino como mediador en el conflicto del sur en 1978”.

Además del valor afectivo, la pieza sobre Malvinas tiene oro. Lo mismo que algunas alhajas que también se llevaron los ladrones, según contó Jara. El botín incluyó 20 mil pesos que la familia guardaba como recurso para afrontar imprevistos y herramientas con las que Jara realiza arreglos en la casa, como un compresor, una soldadora eléctrica y un crique.

“Dieron vuelta la casa de punta a punta buscando dinero y se llevaron todo lo que encontraron: las alhajas, los recuerdos de familia”, dijo Jara e insistió en que “me duele todo. No tanto el dinero como otras cosas que son afectivas”, dijo.

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Según detalló Jara, “alguien entró, abrió el portón, cargó y se llevó todo”. Ante el panorama de pérdidas y desorden, el jubilado recurrió a la Policía. “Hicimos la denuncia ante la Policía y ahí señalamos a un sospechoso, una persona que todos conocemos, que tendría que estar presa y anda libre”, dijo el militar retirado.

Jara indicó que en pocos años sufrió 4 robos en su casa y últimamente, una banda tiene en vilo al barrio. “Hace 15 días, a una vecina le robaron una canoa y a otro vecino le forzaron el portón. Anda una bandita que se mueve por Gonnet en un Fiat 125 rural, azulado y un Volkswagen Gol. Ellos marcan las casas. Es gente de la zona. Todos los conocen”, enfatizó.

LA BANDA DEL MERCADITO

Gustavo Gorán cierra al mediodía la casa de artículos deportivos de Centenario y 503. El miércoles, cuando volvía a la tarde, le avisaron que alguien había entrado: “Les dicen la banda del Mercadillo. Son nenes que tienen 10, 11 años y hay algunos más chicos. Se metieron con una pinza para cortar cadenas, por el depósito que da a la calle y se llevaron 4 bicicletas costosas”, dijo.

El comerciante indicó que “hace 2 meses intentaron robar una bici a los tirones y puse doble candado. A estos chicos de ahora los vi antes. Uno siente que es el emergente de situaciones de desigualdad. Son chiquitos de 10 años que tienen un presente y un futuro muy malo”, lamentó.