Nazarena Vélez: “Se puede salir adelante de todas las situaciones”

En el marco de una gira por el interior del país, “¿Quién manejaba?”, con los protagónicos de Nazarena Vélez y Maxi Ghione, y la participación virtual de Moria Casán, se presentará este viernes a las 21 en el Coliseo Podestá, 10 entre 46 y 47, con una historia con tintes de comedia y de drama que plantea el interrogante “¿Se puede salir de todas las situaciones?”.

“Yo, Nazarena, no mi personaje, pienso que sí, se puede salir adelante de todo”, aseguró la actriz, en diálogo con EL DÍA, en relación a uno de los principales planteos de la obra escrita por Micaela Libson y Agustín Piotto y dirigida por la ex directora artística del Teatro Argentino, Valeria Ambrosio (“Rent”, “Priscilla”, la reina del desierto”, “Yo amo a Shirley Valentine” y “Amado mío”, entre otras).

En el escenario, Débora Galeano y Damián Melo son un matrimonio común y están juntos desde hace 20 años. Ella atraviesa una profunda depresión que se manifiesta en un toc por la limpieza y él, ya cansado de ver a su mujer en ese estado, decide con optimismo anotarse en una terapia de pareja virtual. Durante la sesión, que ellos transitan solos frente a una computadora, se les plantean reflexiones y distintas consignas; ambos exploran partes de sus vidas pasadas y presentes, con situaciones de risa, emoción y reproches, hasta llegar al punto cúlmine que los enfrenta a su momento más oscuro.

“Para mí esta obra fue un desafío desde el punto cero”, manifestó Nazarena, en relación a las características propias del espectáculo que, en primer lugar, la sacó de los registros habituales por los que deambulaba, y la desafió a sacar la paleta de emociones en el escenario y desfilar por todos, a veces, de un sacudón.

“Durante cuarenta minutos se van a reír mucho, y después estoy convencida que el Coliseo va a quedar mudo, porque se desarrolla y descubre una tragedia, que no es muy fácil de asimilar. Por eso digo que esta obra me desafió desde el inicio”, revela la mamá de Barbie y Chino.

“Otro de los desafíos fue el hecho de laburar al lado de un grosso, como es Maxi, que la tiene súper clara; creo que es uno de los mejores actores que tenemos en el país, lejos, lejos. Tiene un timing y una lógica para actuar increíble, de hecho, es profesor, y muy requerido. Pocas veces me encontré con un profesional de su talla, por eso es una gran oportunidad para mí”, remarcó Naza, que saltó a la popularidad de la mano de Gerardo Sofovich.

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Según contó, la química con Maxi -a quien conoció gracias a su hija Barbarita, porque habían sido compañeros en una ficción- fue inmediata.

“Él se da cuenta, incluso, cuando se me hace una lagunita, o algo. Desde el primer día supimos que iba a funcionar. No parece que fuera el primer laburo que hacemos juntos”.

Para Valeria, la directora, solo elogios: “El que conoce un poco de su trabajo, sabe de qué calidad estamos hablando. Es un honor para mí. En general, el equipo es grosso. Está buenísimo porque es una entrega absoluta. Lo único que tenés que saber hacer es entregarte porque estás en las manos de los mejores”.

En relación a su personaje, dijo la actriz que “gracias a Dios, Débora no tiene nada que ver conmigo, ni con mi carácter. Ella es depresiva. Le cuesta mucho reírse. Yo trato de meterle a todo mucho humor, hasta a lo que no se puede”.

Y sobre la participación de Moria indicó que es una nota de color, el “tono de comedia que necesita el texto, porque es la disparadora de los mensajes y las preguntas que pueden desencadenar en una tragedia, o en ahondar en cosas que tienen tapadas. La gente agradece ese guiño, que sea ella la que lleve a estos personajes a todos estos lugares”.

“¿Quién manejaba?” continuará rotando este año, una gira supeditada un poco a los horarios de Maxi, que está grabando la nueva ficción de Telefé, y a los de Naza: en medio de un año intenso, viajará dentro de un mes a Costa Rica para terminar de filmar una miniserie que la tiene como protagonista. A su regreso, seguirá poniéndose en la piel de Débora con una condición: destinos que no le impliquen más de un día de alejamiento de su casa porque, remarcó, hoy por hoy su única gran prioridad es su hijo menor, el carismático Thiago, de siete años, que parece haber heredado todo su histrionismo, según queda registrado en los videos que comparte con su mamá en Instagram.

Tanta prioridad en su vida tiene en este momento Titi, como lo apoda, que Nazarena decidió terminar su relación amorosa con Leandro Camani para estar dedicada al cien por cien a su crianza. Se sinceró al contar, en este sentido, que “en el último tiempo mi bebé -Thiago- tuvo un problemita en el ojito y eso me llevó todo mi tiempo y energía, e hizo que yo solo tenga la capacidad como para poder estar solo con él. Es un error mío, tal vez, pero así estoy muy bien. Realmente, me siento en plenitud, muy bien con mis otros dos hijos, Barbie y Chino, con mi laburo... conmigo”.

La semana pasada, Nazarena contó el drama que atravesó con Thiago por un mal diagnóstico por el que podría perder el 50% de visión de un ojo. Sin embargo, la actriz trata siempre de encontrar el lado luminoso de la vida y se mostró optimista. “El príncipe va, va, va... Estamos haciendo tratamientos, tengo confianza y fe en dios que va a estar todo muy bien”.

Cuando no está en el escenario, ni llevando o trayendo a su niño, la también productora teatral se divierte en las redes sociales, en donde es toda una celebridad. Con más de 2 millones y medio de seguidores en Twitter, y más de un millón cien mil en Instagram, aprovecha los canales virtuales no sólo como una herramienta de trabajo sino como una oportunidad de conexión con la gente que, sostuvo, siempre le tira buena onda y eso siempre es bienvenido.

La vemos a Naza usar diferentes filtros y distorsionadores de voz mientras cuenta, a veces como un oso, a veces como un perro y a veces como un cupido que tira flechazos y corazones, que no puede dejar de comer, que se quedó dormida y plantó a una amiga en una salida, lo enganchada que está con la serie de Luis Miguel, y un sin fin de situaciones divertidas que, dijo, son las que le gusta compartir. “Las otras, las profundas, las dejo para terapia” cerró, entre risas, deseando que el viernes la acompañen en este proyecto teatral, del que, aseguró, se irán convencidos de que “siempre pero siempre existe una segunda oportunidad”.