A un año de la entrega de las armas de los guerrilleros

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Por MAR ROMERO SALA

La paz de Colombia se consumó hace un año cuando los guerrilleros de las FARC entregaron sus armas a las Naciones Unidas y doce meses después el país siente los avances pero también tropieza en piedras como en la reincorporación de los desmovilizados.

El 27 de junio de 2017 los jefes de las FARC y centenares de guerrilleros, reunidos en una zona rural de Mesetas, en el departamento del Meta, dejaron sus armas en un acto que se repitió en otros lugares del país. En total fueron 8.994 las armas de fuego inutilizadas por los observadores de la ONU.

“La paz de Colombia no tiene marcha atrás”, dijo ayer el presidente Juan Manuel Santos al recordar el primer aniversario de la dejación de armas de las FARC.

El beneficio de ese desarme se sintió especialmente en los últimos meses en los que Colombia celebró las elecciones legislativas y presidenciales más pacíficas en décadas por la ausencia de acciones guerrilleras de las FARC que históricamente habían marcado los comicios.

Según un comunicado difundido por el Gobierno, el cumplimiento del acuerdo va por el 70 % de lo que se tenía previsto lograr entre el 2017 y 2018.

“Si el avance se evalúa por dejación de armas, es un éxito total. Si se evalúa por reducción de indicadores también porque descendieron el secuestro, el desplazamiento, la desaparición forzada, los afectados por minas antipersonales”, afirmó el analista y subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila. (EFE)

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