Vicente Feola y el deseo de mirar el arco opuesto

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De padres italianos, Vicente Feola recorrió su carrera como entrenador en el San Pablo desde fines del ´30. Allí se consagró campeón en los torneos paulistas de 1948 y 1949, lo que permitió acceder a la selección brasileña.

Con la idea de pensar siempre en el arco ajeno más que en el propio, Feola fue de los primeros en utilizar a los laterales con vocación ofensiva. Gracias esto, Nilton Santos, acaso el mejor lateral izquierdo de todos los tiempos, inauguró el estereotipo del carrilero moderno.

La vocación ofensiva que presentaba su juego sacudió para siempre los viejos paradigmas defensivos. Del fútbol mayormente conservador, se pasó a un fútbol claramente ofensivo y los partidos de aquel mundial, sobre todo los de Brasil, fueron claro ejemplo de ello.

El “gordo” Feola se caracterizó por entender y comprender las necesidades de un plantel que se sabía gastado por su veteranía, pero que encontraba en las joyas juveniles, esa capacidad para el desequilibrio y la frescura de un equipo que lo necesitaba como el agua.

A partir de esto, es que se lo conoció como un técnico por demás conciliador y ha llegado a ser caracterizado como un entrenador que se ponía al servicio del equipo, pero que incluso delegaba el mando hacia los jugadores más veteranos.

Al propio Feola se le atribuye una frase característica en la previa al Mundial 1958 en el que los referentes le exigían por la inclusión de los jóvenes Pelé y Garrincha. “Voy hacer lo que ustedes piden: porque si ganamos o perdemos, ustedes van a quedar como responsables”, habría manifestado.

 

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