Lastimaron con un cuchillo a dos empleados en un comercio de 6 y 37

La tarde estaba llegando a su fin cuando un hombre de unos 40 años y una mujer de alrededor de 30, entraron a un tradicional local de venta de pisos ubicado en barrio Norte.

Como si fueran clientes cualquiera, al ser atendidos por uno de los dos empleados de “Chiusaroli”, la casa situada en 6 y 37, montaron la farsa de consultar algunos precios.

Habían ido con una finalidad muy distinta. Instantes después se la hicieron saber a quienes atendían ese comercio. Fuentes policiales indicaron que el delincuente entonces extrajo de entre sus ropas un cuchillo, con el cual intentó amedrentar a ambos empleados para que les entregue el dinero de la recaudación.

La amenaza no los atemorizó, según se informó: los empleados se abalanzaron sobre el ladrón buscando desarmarlo.

DRAMÁTICO FORCEJEO

Entonces, se produjo un dramático forcejeo en medio del cual los vendedores resultaron lastimados -en esferas policiales se indicó que en el tórax, abdomen y la espalda- por el arma blanca del asaltante.

Este último, ante la inesperada reacción del personal, optó finalmente por escapar con su cómplice sin concretar el robo.

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Un rato más tarde, este diario llegó a la escena del asalto y en el lugar estaban efectivos de la comisaría segunda una ambulancia del SAME atendiendo a uno de los heridos frente al negocio y allegados al dueño del negocio.

Trascendió que el propietario del comercio, de todas maneras, decidió que ambos empleados recibieran asistencia médica en una clínica privada.

Un allegado al titular de aquel comercio le dijo a EL DIA, que “esta pareja de delincuentes simuló estar interesada en hacer una compra, pero luego el tipo sacó un cuchillo y los dos vendedores, uno de ellos de 48 años y el restante de un poco menos edad, se le fueron encima y se trenzaron en lucha”.

El hombre mencionó que “en esos momentos cayeron sobre la puerta de vidrio de entrada, que terminó destrozada”.

Policías y vecinos que llegaron a la escena coincidían en que la pelea pudo haber tenido un desenlace mucho peor. “Por suerte ni siquiera hubo que hacerlos atender en algún hospital”, finalizó apuntó más tarde una fuente policial.

El episodio dio lugar a una investigación a cargo de la Fiscal en turno María Eugenia Di Lorenzo.