Inquietud para 83.000 pasajeros por los vuelos en el inicio de las vacaciones
Edición Impresa | 11 de Julio de 2018 | 01:42
Alrededor de 83.000 personas que compraron sus pasajes para volar en el inicio de las vacaciones de invierno viven horas de inquietud como consecuencia de un conflicto planteado entre la mayoría de los gremios aeronáuticos y el gobierno.
Sobre el final de la semana pasada cinco de los seis sindicatos que nuclean a los trabajadores del sector aeronáutico anunciaron un paro para el 13 de julio, coincidente con el inicio de las vacaciones de invierno.
Para el viernes, día para el que estaba prevista la medida, están programados 650 vuelos que transportarán a 83.000 pasajeros, según datos difundidos ayer. Se estima que las pérdidas derivadas de una posible medida de fuerza alcanzarían más de 8 millones de dólares diarios.
El ministerio de Trabajo, precisamente, intervino ayer dictando la conciliación obligatoria en el paro aeronáutico que habían dispuestos los gremios para el viernes. La medida fue dictada por 15 días y cubre casi la totalidad del período de vacaciones.
La disposición de la cartera laboral establece “dar por iniciado un período de conciliación obligatoria por el plazo de quince días (...) retrotrayendo la situación a la existente con anterioridad al inicio del presente conflicto” y está firmada por el director Nacional de Relaciones y Regulaciones del Trabajo, Adolfo Saglio Zamudio.
El ministerio intimó a los sindicatos “a dejar sin efecto, durante el período indicado (...) toda medida de acción directa que estuviesen implementando y/o tuvieran previsto implementar, prestando servicios de manera normal y habitual”.
Por su parte, los gremios no habían informado, al cierre de esta edición, si acatarán la decisión del ministerio que encabeza Jorge Triaca.
La medida había sido convocada por cinco de los seis sindicatos del sector, que habían convocado a un “cese de tareas” para este viernes.
Los sindicatos que se sumaron a la iniciativa fueron los que agrupan a los pilotos (APLA y UALA), los técnicos aeronáuticos (APTA), personal de tierra (APA) y jerárquicos (UPSA).
El único de los sindicatos que no se plegó a la medida anunciada fue la Asociación Argentina de Aeronavegantes.
Desde este gremio cuestionaron la iniciativa al advertir que “es perjudicial para todas las empresas del sector y sus trabajadores” por considerar que beneficia a las low cost y “afectará el normal funcionamiento y continuidad de las aerolíneas tradicionales”.
La medida de fuerza ahora en suspenso mantiene con la expectativa puesta en el conflicto a 83.000 pasajeros que deben viajar en el inicio de las vacaciones de invierno.
Los motivos
Según explicaron los gremios que impulsan la iniciativa, la medida ahora en suspenso no tiene que ver con un reclamo salarial, sino con un cuestionamiento a la política aerocomercial implementada por el gobierno.
Los sindicatos cuestionan, puntualmente, el otorgamiento de licencias de vuelo y otras habilitaciones a las aerolíneas de bajo costo (low cost).
Hasta el día de hoy, la única línea aérea con estas características que está volando en el país es Flybondi, aunque la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) acaba de autorizar las operaciones de otra “low cost” de origen chileno, Jet Smart.
Esta última firma adquirió los permisos de vuelo de una aerolínea local que nunca voló, Alas del Sur.
La empresa es además propiedad de uno de los grupos aerocomerciales más poderosos del mundo.
Como sucede con Flybondi, la compañía va a comenzar sus operaciones desde el aeropuerto de El Palomar.
Algunos analistas plantean que mientras Aerolíneas/Austral, Latam Argentina y Andes quedarían paralizadas frente a un paro, su competidora Flybondi podría seguir volando, como ocurrió durante el último paro convocado por la CGT, el 22 de junio último.
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