Melania y Brigitte Macron se robaron todas las miradas en Bruselas

Edición Impresa

Bruselas

El programa paralelo para consortes de los líderes de la OTAN, reunidos en Bruselas, trasladó ayer su particular cumbre a un chalé denominado Capilla Musical Reina Isabel, en la localidad de Waterloo (sur del país), donde disfrutaron de un concierto clásico, chocolate belga y una exhibición de sombreros.

La esposa del presidente de EE UU, Melania Trump (48), y la del mandatario francés, Brigitte Macron (65), fueron un año más el centro de todos las miradas y estuvieron juntas durante la jornada, tanto en las fotos protocolares como en el concierto, que ambas disfrutaron en primera fila.

El entorno elegido para la primera jornada del programa de consortes, un idílico chalé a caballo entre el modernismo y el “art déco” situado en el bosque y alejado de la efervescencia de la capital belga, contrastó con el tenso ambiente de la cumbre aliada, marcada en su primer día por los reproches de Trump a los líderes europeos.

Este clima no se trasladó a la actitud de la primera dama Melania Trump, quien departió sin tensiones con sus acompañantes y se mostró muy cercana a su par francesa Brigitte Macron, a la que recibió cálidamente a su llegada al lugar.

Las dos “estrellas” del evento apostaron por estilos muy diferentes; Melania lució un vestido de Calvin Klein ajustado y de color azul marino y unos stilettos plateados de Christian Loubutin.

Por su parte, Brigitte Macron apostó por un traje de color blanco con una falda por encima de la rodilla que acompañó en todo momento de una chaqueta de manga larga, así como unos zapatos de taco alto con un diseño floral.

La primera dama francesa también mostró una gran sintonía con el arquitecto Gauthier Destenay, el esposo del primer ministro de Luxemburgo, Xabier Bettel, junto al que se sentó durante el concierto de piano y violín que disfrutaron en la Capilla Musical Reina Isabel.

Tras la interpretación de piezas de Jeno Hubay, Piotr Illich Tchaikovsky y Astor Piazzola, las consortes degustaron los pralinés del célebre chocolatero belga Herman Van Dende. Su visita a Waterloo concluyó con una exhibición del diseñador de sombreros Fabienne Delvigne. (EFE)

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE