Frente a la costa de Berisso aparecieron los “matungos”

Durante todo el mes de junio veníamos planeando una salida de pesca al Río de la Plata, frente a la costa de Berisso, para dar con los hermosos “matungos”, pero los datos decían que el pejerrey todavía no estaba firme en cantidad y calidad. Así que dejamos pasar el mes y luego de unos días de buen viento y frío constante en el arranque de Julio decidimos hacer el primer relevamiento del Río de la Plata, frente a la costa de Berisso.

Fue así que el día de la Independencia, fue el elegido, ya que el viento soplaba del sector sur, cielo despejado con algunas nubes, daban unas condiciones especiales. A las 9 hs, estábamos en Marina del sur, en la ciudad de Berisso, donde nos bajaron la embarcación “lokiyo 22”, y luego de cargar nuestros equipos, salimos hacia el puesto de Prefectura a dar el rol de salida correspondiente. Navegamos hacia la zona de la rada, unos 15 minutos, donde hicimos la primera parada, copos gareteadores al agua, y botellas de ceba para hacer la calle. El Río estaba en creciente, y el viento soplaba desde el sector sur a unos 13 k/h, así que garetearíamos hacia la zona de la costa de Colonia. Armamos los equipos, cañas de 4 mts, con relees frontales con multifilamento y líneas varias súper flot, de boyas de distintos tamaños, colores, y bajadas a 10 cm, con anzuelos número 3/0. La carnada que utilizamos fue mojarra grande, y también filete de pejerrey, cortado en tiras de 1 cm de ancho por 5 cm de largo, que funcionó muy buen ya que el agua estaba limpia.

Así, comenzamos la pesca y apenas arrancamos tuve una llevada muy franca, que luego de dejarlo tomar bien el cebo, un certero cañazo, el cual dio una hermosa lucha, que luego de pesarlo en nuestra embarcación dio un peso de 980 gramos, un matungo hermosos, ya que muy vigoroso y gordo, un ejemplar muy bueno. Seguimos con el garete y luego el guía, Jorge, logró otro gran matungo de 900 gramos, que costó bastante poder meterlo en el copo para izarlo y sacar las fotos. Los piques se daban entre 40 y 60 metros de la embarcación, teníamos que dejarlos comer, no dar resistencia, y dejarlos unos segundos con nuestro cebo, luego un fuerte cañazo y a disfrutar el momento en que vemos esa boca asomar a ras de agua, con esos lomos amarillos, donde uno pide a gritos que no se escape, ya que siempre es el pejerrey de nuestras vidas. Durante unas 5 horas hicimos la pesca y en total sacamos unos 35 pejerreyes, de los cuales 15 fueron de 800 a 1.180 gramos, uno matungos espectaculares, que veníamos esperando hace más de 2 meses, y que en este Julio dijeron presente frente a Berisso.