La Plata gasta más de $100 millones por mes en la gestión de la basura y está cada vez más sucia

La Ciudad gasta cada vez más para gestionar la basura que genera pero la higiene urbana parece estar cada día peor. Lejos de los criterios de limpieza que alguna vez fueron vanguardia en el mundo, el casco urbano y la periferia son testigos desde hace meses de una creciente acumulación de residuos. Ese panorama de intoxicación del espacio público se traduce a diario en incontables reclamos vecinales que se deben, fundamentalmente, a la falta de cumplimiento de los recorridos de recolección, al servicio de barrido y a la formación de basurales, que constituyen un serio problema sanitario en los barrios.

Todo ello a pesar de que, según fuentes oficiales, la Municipalidad de La Plata paga a la empresa Esur -la firma que presta el servicio- alrededor de $90 millones por mes por la recolección de los residuos. Y se prevé destinar un 20% más de lo que se paga actualmente por el nuevo servicio de recolección, barrido y limpieza, para el cual se dictaminó realizar un segundo llamado licitatorio, después de que en el primero de las tres propuestas recibidas, sólo una firma cumplió los requisitos esenciales del pliego.

Si bien los números son aproximados, ya que varían mes a mes en relación a la cantidad de residuos gestionados, son entre $900 de $1.080 millones los que salen de las arcas municipales cada año para costear el servicio que presta Esur. Los fondos que se destinan para este fin son notoriamente superiores a los de años anteriores: en 2016, por caso, el convenio que la empresa firmó con la Comuna era por $688 millones. Con ello se debía garantizar la recolección de residuos en todo el distrito, el acopio de los no habituales, además de las tareas de barrido en la vía pública del casco urbano.

Sin embargo, desde el Concejo Deliberante local se ha denunciado que la falta de control derivó en la necesidad de contratar cooperativistas para solventar la demanda diaria en la recolección, barrido y limpieza dentro de la ciudad. Por eso, ediles de distintas fuerzas han denunciado que se pagan cientos de millones más a cooperativas para que hagan el trabajo que no hace la empresa.

El concejal por el bloque 1País, Gastón Crespo, consideró en diálogo con EL DIA que en general el servicio de recolección “es muy malo, tanto el que presta Esur como el que realizan las cooperativas” y resaltó que en la actualidad el diagrama de recorridos es tan defectuoso que “no se sabe qué zonas pertenecen a la firma y cuáles a las cooperativas”, tanto en el acopio como en el barrido.

Además, Crespo se mostró preocupado por la formación de microbasurales en barrios de la periferia, lo que motivó que tiempo atrás iniciaran un relevamiento -basado en las quejas vecinales- con el que se elaboró un mapa de basurales en La Plata. “A través de su inacción y falta de control, el Municipio y las empresas encargadas de la recolección son responsables de cada uno de estos focos infecciosos”, opinó Crespo. Y agregó: “Hay zonas en las que en 15 días no pasa el recolector, y se ven contenedores que desbordan de basura porque la empresa no cumple los recorridos en tiempo y forma”, señaló.

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A LA CEAMSE

A la cuenta de gastos se debe agregar lo que paga el Municipio a la Ceamse por la disposición de los residuos, cifra que varía entre $10 y $12 millones al mes dependiendo de la cantidad de toneladas que se envían. Ese ítem creció en los últimos años porque La Plata viene batiendo récords de generación de basura (ver aparte).

Desde la Secretaría de Espacios Públicos y Gestión Ambiental explicaron que “actualmente el Municipio destina $379,62 por tonelada”. Puntualizaron que se recolectan alrededor de mil toneladas diarias, lo que conlleva a una cifra que oscila las 30 mil toneladas mensuales promedio, variando esa cantidad según la recolección de cada mes.

En la Comuna sostienen que “el aumento se debe a la incorporación de dos mil cuadras al sistema de recolección que antes no estaban, por lo que se duplicó al doble la cantidad de residuos recolectados y, a su vez, se dejó de arrojar basura en canteras de forma ilegal como se hacía antiguamente”.

“La gestión anterior estaba en un promedio de 500 y 600 toneladas mensuales, lo que representaba un gasto menor habida cuenta que la tarifa por tonelada aumentó varias veces en los últimos dos años; y se arrojaba basura en canteras de forma ilegal”, argumentaron desde el Municipio.

LLUVIA DE QUEJAS

En las últimas semanas y por distintos motivos, la recolección de residuos fue blanco de diferentes cuestionamientos vecinales. Este diario reflejó, por caso, la queja de Dina Cescutti, una vecina de la zona de 19 y 45 que denunció que “en esta cuadra no se recolecta la bolsa verde, termina llevándola el servicio nocturno. Ello implica desandar el camino de concientización de reciclado de basura”.

Desde 143 entre 49 y 50 otro vecino comentó que con suerte el recolector pasa una vez por semana. “Tengo canasto para ello, y finalmente siempre se termina dejando la basura en la esquina. Lo malo es que los perros rompen las bolsas y dejan todo sucio y desparramado”.

En tanto, en 12 y 509 dieron cuenta de que la basura se va adueñando del paisaje. “No puede ser que no haya la debida recolección y algunos siguen tirando basura en el lugar”, dijo frentista. Similar panorama describen en 6 y 526, donde los recolectores rara vez cumplen los recorridos.

En distintos barrios estas deficiencias del servicio, sumadas vecinos desaprensivos que depositan bolsas de basura frente a los terrenos baldíos o en las esquina, han hecho que proliferen los “microbasurales”. Los ejemplos abundan. Esta semana, por caso, pusieron el grito en el cielo desde 197 y 90, 133 y 50, 141 y 525 y 78 bis y 21, por mencionar sólo las quejas más recientes. Hay otros barrios en los que los recolectores no entran y los vecinos tienen que acarrear las bolsas por varias cuadras, como denuncian en 137 y 609 del barrio La Esperanza.