Más “mejicaneadas” y un empleado judicial que alteraría las declaraciones

La organización, al parecer, planeó un golpe en una casa  para “mejicanear” a un narco que estaba por ingresar al país una fuerte cantidad de cocaína, según surge de las escuchas telefónicas que están agregadas a la causa que investiga a una supuesta una banda de policías y ladrones, que actuaría con cobertura del Poder Judicial.

El dato más revelador es el que aparece en una conversación entre uno de los imputados con otra persona, sobre un supuesto empleado judicial de “mantenimiento informático”, que le daría apoyo a la banda, entrando en las computadoras de Tribunales y cambiando los términos de las declaraciones de testigos.

Con respecto al asalto al traficante, el dato y las instrucciones, las habría dado Gustavo Mena, quien antes de caer preso en esta causa fue un alto jefe de la División Narcocriminalidad de La Plata.

Posteriormente, aparece la transcripción de un diálogo entre Mena y Adrián “Quichua” Manes, otro de los detenidos en la causa, donde el primero le dice al segundo que a la vuelta de su casa está por bajar un hombre que sería el proveedor de “todas las minas de 1”.

Mena también aparece, en las escuchas judiciales, aportando datos a otro sujeto, sobre una persona que tendría en su poder una gran cantidad de dinero, estupefacientes y armas.

Supuestamente ése fue el inicio de otra de las mejicaneadas que habría hecho esta banda mixta.

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En otro pasaje de esas conversaciones gravadas por la Justicia, se presume que otro de los imputados Javier Ronco (detenido por un doble crimen, excarcelado y ahora detenido en esta causa) pasa datos sobre una persona que tendría en su casa tres millones de dólares y armamento.

Este “modus operandi”, las “mejicaneadas” a narcos con mucho dinero y droga, sería una constante en la organización delictiva que ahora es investigada.

Como se sabe, en la causa también aparece el relato, a través de escuchas, de otro audaz golpe.

“Entramos vestidos de policías, con chalecos, gorras, pistolas 9 mm. en la casa de unos peruanos en un conventillo de capital federal. Dijimos que buscábamos a un violador, pero nos llevamos de allí varios kilos de cocaína”,

Esta historia que aparece también en las escuchas, son parte de la orden de detención dictada por la Jueza de Garantías Marcela Garmendia, a pedido de la fiscal que investiga el caso, Betina Lacki, a los 11 sospechosos.

En la misma conversación, que consta en la causa, se narra que parte de la droga se la llevaron a un narco, como parte del arreglo.

Además se transcribe lo relatado por un testigo sobre sus contactos con el policía Mena.

El declarante dijo que le preguntó sobre la situación de Manes, y que el policía le habría contestado que se olvide de esa persona, que estaba presa, y que él se había quedado con sus “dos negocios: la agencia de autos y la venta de falopa”.

En la investigación, a través de testigos y una gran cantidad de escuchas telefónicas, se pudo reconstruir hasta el preciso momento en que el supuesto líder de la banda, el ex jefe del comando de patrullas Gustavo Burzstyn, conoció y “reclutó” a

Juan Farías, quien fuera luego asesinado, se presume, por el robo en la casa de Roberto Zapata en el barrio La Loma.

Voceros de la investigación explicaron a este diario que los testigos del caso y las escuchas involucran como supuesto integrante de la organización al ex juez de Garantías de La Plata César Melazo y al ex fiscal Tomás Morán, al parecer, brindando “cobertura judicial”.

En la cusa también hay diálogos entre detenidos que hablan sobre un supuesto empleado judicial infiel que entra en los juzgados porque sería de mantenimiento informático, obtendría declaraciones de testigos de causas y modificaría sus contenidos.

En una conversación interceptada el 4 de marzo de este año, el detenido Manes le cuenta a otro que de esa forma habrían logrado obtener una declaración falsa del ahora detenido en la causa Jorge Gómez de Saravia, apodado “el fiscal”.