Hacen falta controles de seguridad continuos sobre los ascensores
Edición Impresa | 4 de Julio de 2018 | 01:09

Hace pocas semanas se aludió en esta columna a las inadmisibles y reiteradas deficiencias que registran los ascensores de las llamadas torres gubernamentales situadas a ambos lados del palacio de la Municipalidad, en una situación que en otras oportunidades se ha presentado, también en no pocos hospitales y otros edificios públicos de la Región.
Eventuales accidentes de los elevadores, personas que quedan encerradas, puertas que se abren cuando no corresponde que así ocurra, forman parte de los peligros inherentes a ellos y de allí la importancia de que se garantice un continuado control de los ascensores tanto públicos como los instalados en edificios privados.
En ese contexto acaba de conocerse que avanza la puesta en marcha de la ordenanza municipal que obliga a cambiar las puertas tijera de los ascensores, tanto las de la cabina como las de los pisos, según coincidieron las cámaras de ascensoristas y de administradores de consorcios de la Ciudad.
La fecha de vencimiento es en agosto, pero se pedirá una pequeña prórroga; los ascensores obligatoriamente deberán ingresar a un programa de reestructuración y tener puertas automáticas, destacaron las autoridades de la Cámara Empresaria de Ascensores de la Ciudad de La Plata, quienes señalaron que nuestra ciudad fue pionera en algunas medidas de seguridad.
Los ascensores son máquinas, en general sometidas a un uso muy intenso, que por lo tanto deben ser constantemente monitoreadas y sometidas a controles y revisiones periódicas. No puede decirse que esto no se haga. Pero las fallas permanentes en algunos edificios públicos y los accidentes que se reiteran con relativa frecuencia, obligan -por lo menos- a remarcar la preocupación y la necesidad de atender todo tipo de trabajos que aseguren su correcto funcionamiento.
Según se informó hace unos años desde la Cámara de Ascensores, el 99 por ciento de las empresas que se dedican al mantenimiento de esos aparatos tiene guardias que en unos 20 minutos llegan a los edificios que puedan tener sus equipos con problemas y personas atrapadas en la cabina.
Se conoce, también, que en nuestra ciudad hay más de 3.500 ascensores en funcionamiento y se estima que sólo el 1 por ciento está fuera de los controles de rigor. El porcentaje es mínimo, pero habla de, por lo menos, 35 ascensores que pueden ser un peligro.
Hacer respetar desde el Estado las normas de seguridad vigentes -varias de ellas destinadas a los usuarios, como, por ejemplo, no permitir que los menores viajen solos en los ascensores ni que manipulen el tablero de comando porque se puede trabar el circuito- y asegurar los adecuados procedimientos de control y de mantenimiento, resulta fundamental para atenuar los riesgos en ascensores y proteger, por supuesto, la integridad física de todos quienes los utilizan.
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