Equinoterapia, un recurso invalorable para los discapacitados

En distintos estamentos de nuestra sociedad no faltan, afortunadamente, ejemplos muy exitosos sobre la integración de chicos con discapacidades físicas o mentales, pero es cierto que lo importante será cuando esos casos dejen de ser sobresalientes y se transformen en una realidad común, como ya sucede en países avanzados.

En este sentido es que debe valorarse la iniciativa impulsada desde la Municipalidad local, destinada a que retornen las actividades de equinoterapia a la República de los Niños tal como se detalló en el informe publicado ayer en este diario.

Los responsables del centro municipal de las Terapias y Actividades Asistidas con Animales (Tacas) informaron que ya se iniciaron las entrevistas preliminares a los potenciales alumnos, habiéndose llevado a cabo una demostración pública de la terapia asistida con caballos.

Como se sabe, la equinoterapia es una práctica de tipo físico y mental complementaria, cuyo elemento central es el caballo que es utilizado para ayudar a personas con distintas discapacidades físicas a mejorar su calidad de vida.

Se destaca que en personas con dificultades motrices, el movimiento propio del equino produce sensaciones muy parecidas a las que sienten las personas al caminar, de modo que el paciente vuelve a familiarizarse con la sensación de movimiento, resaltándose además que el caminar del caballo produce vibraciones que se transmiten a la médula y estimulan así la actividad cerebral, entre otras múltiples y ventajosas aplicaciones de la equinoterapia.

Afortunadamente, no faltan pruebas objetivas de los esfuerzos que se realizan para viabilizar una rápida inserción de los desiguales dentro de la sociedad, utilizándose medios tan diversos como imaginativos, entre los cuales puede mencionarse a la natación, el teatro, la computación, la musicoterapia, la zooterapia, la huerta y jardinería, la cocina, la granja, las artes plásticas, las manualidades textiles y taller de padres, entre muchos otros recursos.

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Es evidente que en los últimos años fue mucho lo que se avanzó en la puesta en vigencia de mecanismos auxiliares de la medicina, que han demostrado eficacia y que sirven para que los pacientes superen en buena medida las desventajas propias de distintas discapaciades.

Pero también han sido numerosos y dignos de valoración los pasos que se dieron para avanzar hacia la plena integración de los discapacitados –y la equinoterapia es un palpable ejemplo de ello- aunque también, por cierto, perduran incomprensiones y subsisten falencias que deben ser superadas.