Berchtesgaden, un Parque Nacional con todos los atractivos

Singulares vistas panorámicas de las montañas, pintorescos lagos y frondosos bosques verdes son su carta de presentación

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BERCHTESGADEN
Andreas Heimann

Ya a las siete y media de la mañana se ha formado una larga cola delante de la ventanilla donde se venden los billetes para la primera excursión en barco. Muchos turistas solo hacen un tour a la península de St. Bartholomä con su pequeña iglesia de peregrinación. Para Hansi Stöckl, en cambio, el verdadero tour apenas comienza allí. Stöckl es guía de montaña y quiere enseñar a su grupo lo que la mayoría de las aproximadamente 1,6 millones de personas que cada año visitan el parque nacional Berchtesgaden solo han visto superficialmente: la naturaleza alpina en el segundo Parque Nacional más antiguo de Alemania, que este año celebra su 40 aniversario.

Por eso, la iglesia de peregrinación es para Stöckl solo una escala en el camino hacia la cima.

En este parque nacional, de 210 kilómetros cuadrados, viven animales que mucha gente solo ha visto en documentales televisivos: águilas reales, marmotas y gamuzas.

En el parque nacional, la subida hacia la cima no es un simple paseo. En un tramo del camino llamado Saugasse hay más de 30 curvas y la subida para sortear un desnivel de 350 metros es empinada. Duele en la pantorrilla y en el muslo.

Sin embargo, cada esfuerzo tiene su recompensa. Después de un ascenso de poco más de cinco horas vemos a una altura de 1.600 metros la Kärlingerhaus, la cabaña de la Asociación Alpina, donde pasaremos la noche. A la izquierda y a la derecha se encuentran los picos de los Alpes de Berchtesgaden y enfrente el camino que serpentea por la verde pradera hasta la puerta de la cabaña. Aquí arriba reina el silencio. Las nubes en el cielo están estáticas.

A poca distancia, detrás de la Kärlingerhaus, se encuentra el lago Funten, conocido en toda Alemania por ser el lugar más frío en este país. En diciembre de 2001 se registró aquí una temperatura de 45,9 grados bajo cero.

Tras haber completado su formación, Lukas Schöbinger, de 21 años, pasa por primera vez el verano aquí en la montaña, en una cabaña del año 1841. Schöbinger, de profesión destilador, trabaja para la empresa Grassl de Berchtesgaden, que desde el siglo XVII tiene el derecho de producir licor de genciana y de desenterrar en la montaña las raíces de esta planta, que son indispensables para la elaboración de este aguardiente. Schöbinger permanecerá poco más de siete semanas en la cabaña, sobre todo por las raíces. “La genciana es la planta más amarga del mundo”, dice el joven destilador.

El Parque Nacional Berchtesgaden está situado en la Alta Baviera, en la frontera con Austria, en el extremo sureste de Alemania. Para los senderistas hay una red de caminos de 260 kilómetros.

 

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