“Megalodón”: Hollywood abraza la bizarra diversión de los tiburones gigantes

Jon Turteltaub lleva el subgénero de culto al “mainstream” con una una megaproducción de 150 millones de dólares

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“Sharknado” inició una revolución inesperada: las películas sobre animales gigantescos mutantes atacando ciudades comenzaron como una especie de alocada parodia de “Tiburón”, se transformaron en un subgénero bizarro y de culto y ahora alcanzan legitimidad con “Megalodón”, cinta de Jon Turteltaub, un artesano de Hollywood que filma sobre un tiburón de 22 metros que ataca la costa china, productora del filme de 150 millones de dólares, (50 veces más que la última “Sharknado”).

En “Megalodón”, de enorme éxito en la taquilla estadounidense, Turteltaub, el hombre que convirtió a Sandra Bullock en “la novia de América” gracias a “Mientras dormías” (1995), dio poderes especiales a John Travolta en “Fenómeno” (1996) y convenció a Anthony Hopkins para darse uno de sus festines histriónicos en “Instincto” (1999), dirige a Jason Statham, que encabeza la misión para derribar al prehistórico tiburón.

“Nunca he hecho algo así. Me gusta hacer películas que yo iría a ver al cine. Para mí, no existe una mejor película que ‘Tiburón’ (Steven Spielberg, 1975). Es perfecta. Sé que no podía hacer esa película y que no debía”, dijo Turteltaub.

En el filme, un sumergible de aguas profundas ha sido atacado por una enorme criatura que se creía extinta y queda atrapado en el fondo de la fosa oceánica más profunda del Pacífico, con su tripulación en el interior. Para rescatarlos, un oceanógrafo contrata a Jonas Taylor (Statham), un especialista en rescate en aguas profundas, quien años atrás ya tuvo un primer encuentro con la prehistórica criatura.

“Hay quien va al cine para desconectar y quien acude para tener una batalla intelectual. Necesitamos que existan todas las opciones”, opinó el director, que disfrutó de lo lindo plasmando en la gran pantalla conceptos de serie B en una superproducción como esta.

“Lo importante es intentar desesperadamente que las escenas estén dentro de los parámetros de la realidad. No está permitido incluir algo que vaya a quedar genial porque sí; tiene que pedirlo la historia”, declaró.

Para eso, es fundamental contar con actores que “eleven el material” y consigan que el público crea el relato, además de disponer de efectos visuales “de primera”. “Es decisivo saber contenerse y centrarse en los personajes. Aun así, siempre hay momentos donde dices: ¡No! ¡Es terrible! ¡Ha quedado muy Roger Corman!”, en alusión al rey del cine de serie B.

“Optamos por usar el humor adecuado. Lógicamente, no quieres que la gente se ría de tu película, pero los personajes sí lo pueden hacer porque saben que están en una situación ridícula. Actúan como lo harías tú en ese contexto loco e imposible”, declaró.

 

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