Puntapié platense: la Compañía Danza Argentina debuta en el Coliseo Podestá

Tras varios meses de preparación, la Compañía Danza Argentina (CDA) está lista para salir a la cancha. El novedoso ballet eligió nuestra ciudad para debutar y lo hará este jueves, desde las 21, en el Coliseo Podestá, 10 entre 46 y 47, de la mano de “Ópera Prima”, un atractivo programa compuesto por trabajos coreográficos de los renombrados creadores Guido de Benedetti, Oscar Aráiz y Mauricio Wainrot.

Definida como “un proyecto sociocultural y artístico plural”, la compañía, de carácter privado, está integrada por 14 bailarines, nacionales e internacionales, a quienes se suman coreógrafos, vestuaristas y escenógrafos invitados, acentuando el perfil multidisciplinario que busca generar, con propuestas que van más allá de la mera danza.

En relación a la decisión de debutar en nuestra ciudad, teniendo en cuenta que el ballet tiene sede del otro lado de la Autopista, su director, Guido de Benedetti, aseguró que “en la Argentina hay una gran cantidad de teatros líricos maravillosos, y fuera de la Ciudad de Buenos Aires el Coliseo Podestá es uno de los más conocidos. Nuestra idea es estimular a que las artes académicas vuelvan a estos escenarios, porque además tenemos que saber que no todo pasa por la Capital Federal”.

Dividido en dos partes, “Ópera Prima” abrirá con “Aprés Apollon”, con coreografía de De Benedetti y música de Stravinsky. Se trata, según se explicó, de “un homenaje a George Balanchine, posiblemente el coreógrafo más influyente de la danza neoclásica del siglo XX”.

Posteriormente, el prestigioso coreógrafo bahiense, pero con gran historia en nuestra ciudad, en donde se formó, Oscar Aráiz, presentará su obra “L’Hirondelle”, con música de Ravel.

Tras el primer intervalo, llegará “Bernarda Alba”, la obra de Federico García Lorca con coreografía de De Benedetti y partituras de Manuel de Falla. Por último, tras el segundo intervalo cerrará “Libertango”, con coreografía de Wainrot y música de Astor Piazzolla, “una coreografía icónica que no se da en Argentina hace 25 años”, según aseguró De Benedetti.

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En diálogo con EL DIA, Aráiz destacó la importancia de la creación de un ballet de estas características. “Es un proyecto bastante inusual para las circunstancias que estamos viviendo”, aseguró el coreógrafo, en relación al contexto desfavorable de muchas compañías de baile que, tristemente, están bajando las persianas. Él lo sabe muy bien: la Compañía de Danza de la UNSAM, que él dirigió durante los últimos ocho años, fue disuelta en febrero pasado; en enero, el Ministerio de Cultura cerró el ballet nacional que dirigía Iñaki Urlezaga. Por eso, dijo Aráiz, “es como una rareza” y, por eso también, aclaró, “a mí me gusta participar de esta rareza”.

Como coreógrafo invitado, Aráiz presentará el jueves “L’Hirondelle”. Se trata de una reposición de la obra que, en la década del ochenta, estrenó en Suiza, en el marco de su desempeño como director del ballet del Gran Teatro de Ginebra en donde permaneció durante una década.

“Fue un trabajo de largo aliento”, contó el coreógrafo sobre el proyecto “inspirado, más que literalmente, en la vida de Misia Sert”, mítica figura de la Belle Epoque, pianista, rusa, amiga y musa inspiradora de gran cantidad de artistas en París, desde Renoir hasta Debussy, desde Picasso hasta Toulouse-Lautrec, quien, precisamente, fue quien la bautizó como “L’Hirondelle” (“La golondrina”), el seudónimo que da título a la pieza.

Aráiz, en su coreografía, busca poner en pasos de baile un poco de la vida de Misia, una figura que lo apasiona, por su “inteligencia y su suspicacia” pero también por su “melancolía”, un aroma que buscó contagiar con valses de Ravel, con quien Misia se frecuentaba y a quien le había dedicado “Le Cygne” (“El Cisne) en “Histoires naturelles y La Valse”. Según anticipó, la obra presenta un personaje femenino, que podría ser Misia Sert como cualquier otra mujer, a quien veremos rodeada de “sus amigos, los creadores, inspirados, cómplices”, esos grandes nombres que a simple vista asustan aunque, Aráiz, quiso mostrar otra cosa. “Quise quitar a los artistas de esa imagen sagrada, intocable, y se los ve en sus debilidades y sus miserias, también”, reveló.

Con respecto a esta versión, que en Argentina no había sido mostrada, dijo que no evidencia grandes cambios, “la estructura es básicamente la misma”, aunque reconoció que “siempre cuando un trabajo se hace con otro reparto, cada reparto va dejando marcas: la marca de su cuerpo en los roles, sus personalidades, sus miradas. Muchos detalles son de ellos, porque los intérpretes también son creadores”.

Para Aráiz, que en octubre dirigirá al ballet del Teatro Argentino en “Daphnis et Chloé”, que se ofrecerá en el Coliseo Porteño, esta presentación en La Plata será especial, por todo lo que la ciudad ha implicado en su vida profesional.

“Es un proyecto bastante inusual, una rareza, y a mí me gusta ser parte de esta rareza”