Destrozos en el Hospital por ataque de familiares de paciente que murió

El hecho sucedió en la tarde de ayer. El nosocomio local sufrió rotura de un electrocardiógrafo y un laringoscopio, entre otros artefactos

Tres familiares de un paciente que falleció en  la tarde del domingo, atacaron la guardia del hospital Isidoro Iriarte de Quilmes  y rompieron artefactos clave para el cuidado de personas en estado delicado.

La directora asociada del nosocomio, Mirta Benedetti, aseguró que el ataque significó un trauma emocional para los profesionales que trabajan allí y representó importantes pérdidas debido al material dañado.

"A las 13:49 ingresa un paciente por admisión con dolor precordial, inmediatamente se lo hace pasar. Lo revisa el médico clínico, lo pasa al 'shock room', que sería la terapia intensiva para nosotros. Apenas ingresa, el paciente hace un paro cardiorrespiratorio. Los médicos hacen tarea de resucitación durante 40 minutos, el paciente no responde y fallece", relató la autoridad del centro de salud, en declaraciones a Radio Rivadavia.

Benedetti aseguró que durante esos 40 minutos de intentos de reanimaciones, los profesionales informaron a los familiares sobre la situación de extrema gravedad que se estaba transitando. Así y todo, el caos se desató con la confirmación de la muerte del paciente.

"Cuando a la familia se le anuncia que el paciente ha fallecido, que ha sufrido un infarto masivo, los familiares irrumpen en la guardia, en el shock room, en un estado de suma alteración. Entraron a los gritos y tirando todo lo que estaba al paso", describió la directora.

El paciente muerto tenía 58 años y los responsables de los desmanes fueron su hija, su hijo y la pareja de éste. Los familiares nunca agredieron directamente al personal, sino que atacaron directamente el material del lugar.

"También entraron golpeando todo a guardia pediátrica. Una mamá con un chiquito se tuvieron que acobijar en un baño. Fue un hecho absolutamente lamentable", describió la directora del hospital.

Según explicó Benedetti, los familiares rompieron un electrocardiógrafo, un laringoscopio, ampollas, medicación, carros de medicación, entre otro material.

"A los 40 minutos de lo sucedido, ya estaba restituido el shock room. En eso entró otro paciente en un paro cardiorrespiratorio y pudimos resolverlo con un electrocardiógrafo que nos prestó la gente del SAME", detalló.

Así, la situación logró controlarse gracias a un trabajo de contención de algunos médicos y a la presencia de efectivos policiales que trabajan dentro del lugar. Los atacantes fueron demorados por las fuerzas de seguridad.

Asimismo, los profesionales presentes durante el incidente se acercaron a una de las comisarías de la zona para realizar la denuncia correspondiente.

"La violencia es parte de toda una sociedad y se refleja también en un hospital, donde se viven hechos muy desgraciados y donde, por ahí, la reacción es muy dolorosa y desmedida contra el personal ante la impotencia por lo que le pasa a la gente", reflexionó Benedetti.

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