Se entregó la mujer acusada de matar a su ex marido de nueve puñaladas
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2018 | 02:49

Sofía Magdalena Pantoja (52), jubilada del Servicio Penitenciario Bonaerense, quedó detenida ayer por el homicidio de su ex marido Jorge Bivente Pereyra, el zapatero de 56 años que hace cuatro meses fue encontrado asesinado de nueve puñaladas en la casa que ambos compartían en 48 entre 19 y 20.
Enterada de la orden de detención que firmó el juez Juan Pablo Masi a pedido del fiscal Marcelo Romero, la mujer volvió del viaje que había emprendido a Salta para ir a la peregrinación de la Virgen y ayer se entregó en la DDI de La Plata. Más tarde, frente al fiscal, accedió a declarar y negó todos los cargos.
Para acusarla de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y codicia, Romero tuvo en cuenta los testimonios de familiares, conocidos y vecinos que coincidieron en decir que la relación entre Pereyra y Pantoja era mala, divorciados en septiembre de 2017 después de 30 años de casados y con tres hijos en común.
Lo que cuentan los testigos es que la “disolución de la sociedad conyugal” era conflictiva, sobre todo porque “Jorge quería vender la casa y dividir el dinero”, mientras que Sofía pugnaba por quedarse con la vivienda y cederle a Pereyra el negocio y taller de costura que funcionaba en la misma propiedad. Mientras resolvían esa cuestión vivían juntos.
“La detuvieron por el solo hecho de que estaba en la habitación contigua”, dijo ayer a este diario Yésica Pereyra, una de las hijas del matrimonio, quien, con voz quebrada, aseguró que su “mamá no tiene fuerza como para cometer un crimen con esta brutalidad”.
Además de ser insulinodependidente, Pantoja padece Síndrome Doloroso de los Nervios Centrales (SUDEC), cuadro que la obliga a tomar varios medicamentos por día. Después de declarar, las autoridades resolvieron trasladarla a la alcaidía 3 de Romero, garantizándole acceso al tratamiento y atención a su condición de ex penitenciaria, informaron fuentes oficiales.
El caso salió a la luz a las 00.45 del 3 de mayo pasado, después de que Pantoja llamó al 911 para denunciar que escuchó ruidos en su casa. Según declaró ayer en la indagatoria, esa noche se había acostado a las 20, después de ponerse la insulina y tomar la medicación. Jorge, aseguró, había quedado en el living “fumando y tomando vino”. “Me dormí cuando siento el ruido fuerte en la persiana del negocio”, recordó. Por la novela que estaban dando en la televisión, estima que eso pasó antes de las 22 , tras lo cual volvió a dormirse, explicó, por los calmantes. “Al rato escucho la ventana de su pieza, que bajó muy fuerte. Como él dormía con la persiana y los vidrios abiertos, pensé ‘al fin cerró la ventana’”, recordó, aclarando que “tenía miedo” de que a la casa ingresaran ladrones porque Pereyra “se iba y dejaba el portón abierto cualquiera sea la hora”. A esa circunstancia adjudicó su decisión de cerrar la puerta de su habitación con llave, sumada a que “cuando salió el divorcio, él (por la víctima) se metió y me sacó todos los papeles”. También guardaba en el cuarto las bebidas con alcohol para las tortas, porque él “tomaba”.
Pantoja declaró que se quedó acurrucada con la perra hasta que ésta saltó y se fue a la puerta “a ladrar insistentemente”, por lo cual ella se encerró en el baño “con el celular, la llave y el control remoto”. Desde allí hizo varios llamados.
“De los registros telefónicos surgió que antes de llamar al 911 la acusada hizo otros dos llamados”, detalló un investigador. Fueron al teléfono de su hijo, “con una duración de más de dos minutos (hubo un diálogo)”, explicó. Según el joven, su madre le dijo que ya había contactado al servicio de emergencias, “lo que permite afirmar que la imputada montó una escena para sustentar su coartada”, agregó la fuente.
La policía entró en la casa con las llaves que Pantoja les tiró desde el baño. “La cerradura tenía media vuelta de llave, la puerta trasera que linda al patio de la morada se encontraba con su llave colocada sin traba, las dependencias exteriores no presentaban anomalías”, describió un pesquisa, sin pasar por alto que la persiana del dormitorio de la víctima “era muy segura”, a punto tal que no fue posible abrirla de forma manual. El cuerpo de Pereyra estaba sobre el piso de su habitación, con siete heridas cortantes en el omóplato, un corte en el antebrazo izquierdo y otro profundo en el cuello.
La acusada se refirió ayer a ese momento: “Me di cuenta de que algo había pasado, que no era algo normal, porque yo trabajo en el Servicio. En un minuto se me llenó la casa de vigilantes”.
En la orden de detención, a la que este diario tuvo acceso, Romero descartó el móvil del robo o la venganza, así como la posibilidad de que en la casa hubiera entrado alguien más que la víctima y Pantoja. “Había muchas macetas en el patio y no estaban alteradas; por sus características, las construcciones linderas dificultan el ingreso o egreso por escalamiento, como tampoco se detectaron marcas de este tipo de acción, pese a las malas condiciones climáticas que había”, enumeró un investigador. No se constataron puertas violentadas, ni faltantes en la vivienda. Y Pereyra tenía las llaves de la finca, su teléfono y dinero.
Otro elemento que complica a la mujer es un guante que apareció debajo del cuerpo de la víctima, igual a los que usaba ella “cuando hacía trabajos de jardinería”, según declararon distintos testigos. Algunos de ellos pusieron en duda, además, que la acusada no tenga fuerza en sus brazos, al exponer distintas anécdotas que probarían lo contrario, se desprende de la causa.
“Queda en el campo de la elucubración imaginar a un ‘loco del cuchillo’ probando cerraduras por la vida, que sean marca Trabex, ingresar, escoger tan certeramente a la víctima, no llevarse ningún elemento y tener más capacidad de escape que Houdini”, ironizó el fiscal en su planteo.
Pantoja reflexionó ayer en la indagatoria que “después de separarnos teníamos mejor relación que antes”. Confirmó que compartían el techo porque “yo era jubilada y no estaba cobrando”, aunque él “decía que nunca tenía plata y esa noche encontramos 5000 pesos en el bolsillo del pantalón”. De aquel 3 de mayo recordó, en particular, haber visto a su ex marido “muy amable y muy bueno”.
“Después de separarnos tuvimos mejor relación que antes”
Sofía Pantoja Ex mujer de Jorge Pereyra y única detenida por su asesinato
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