La crisis del dólar afecta las reservas
Edición Impresa | 2 de Septiembre de 2018 | 07:50

Los convulsionados acontecimientos recientes en el mercado de cambios no hacen otra cosa que confirmar todas las dudas sobre la evolución de la economía argentinan y su programa económico, cuya gravedad es de tal magnitud que puede generar una crisis de proporciones.
Incluso el préstamo del FMI aparece como insuficiente para cubrir las necesidades de divisas derivadas de una restricción externa que el gobierno de Cambiemos recrudeció a partir de los abultados vencimientos de la deuda externa y la acelerada fuga de capitales al exterior.
Según un estudio de Cifra, el órgano de estudios de la CTA solo por vencimientos de capital e intereses de la deuda en moneda extranjera restan pagar USD 23.259 millones en el último cuatrimestre de 2018. Si se parte de los supuestos -muy optimistas de que la fuga de capitales aminore y se mantenga en el registro promedio de la zacrtual gestión (U$S 1.692 millones mensuales) y la balanza comercial y de servicios se equilibre por efecto de la devaluación y la recesión, se requeriría financiar 30.246 millones de dólares para lo que queda del año. De allí la negociación con el FMI para adelantar los aportes comprometidos por el actual stand by para los años posteriores a la actual administración.
Así, esta suma no resulta nada desdeñable si se tiene en cuentaque es una hipótesis de mínima, que los capitales privados no tienen pretensión de financiar a la Argentina y que la sangría de reservas desde el inicio de la corrida cambiaria en abril asciende a casi U$S 22.000 millones.
Si se hace el mismo ejercicio para 2019, las necesidades de divisas ascienden a U$S 50.915 millones, de los cuales el FMI tenía previsto cubrir sólo cubriría, en el mejor de los casos, 11.640 millones.
La estrategia del gobierno de disminuir el stock de Lebac (deuda del BCRA en pesos a corto plazo) emitiendo Letes (deuda del Tesoro en dólares a un plazo de 6 meses o un año) no hace más que agravar el problema, que se acumula aceleradamente en 2019.
Bajo estas circunstancias, en la economía real se advierten los signos de la recesión, con un ritmo de contracción más acelerado y profundo que en 2016.
El nivel de actividad económica se redujo 5,2% interanual en mayo y 6,7% en junio.
Para encontrar caídas superiores es necesario remontarse a julio de 2009 cuando la Argentina sufrió el impacto de la crisis mundial.
UN TEMA INTERNO
Según la consultora Economía & Regiones un dólar minorista en alrededor de $ 38 significa una suba de casi 110% en lo que va del año. Paralelamente, en los restantes países de la región el dólar subió entre 10 y 100 veces menos que en Argentina en 2018.
La excepción es Brasil, en dónde el dólar tan sólo aumentó 5 veces menos que en nuestro país: Brasil +26,4%; Uruguay +11,1%; Chile +8,4%; Perú +1,6% y Colombia +0,5%; etc. Paralelamente, el diferencial de riesgo país entre Argentina y el promedio de la región saltó de +190 puntos a +530 pùntos en los últimos 8 meses.
Esta asimetría entre Argentina y sus países vecinos pone en evidencia que la corrida contra el peso y contra los activos argentinos se debe casi exclusivamente a factores domésticos, y muy poco al escenario internacional.
Nos va mal porque hacemos las cosas muy mal; no le echemos la culpa a nadie. Los números muestran una verdad irrefutable: políticas fiscales y monetarias más sustentables generan mejores fundamentos macro, dando lugar (por un lado) a una moneda doméstica más estable y fuerte, y (por el otro) a un menor costo de capital (riesgo país), destaca el informe de la consultora que lideró el actual ministro Rogelio Frigerio nieto.
Por el contrario, dado que las políticas fiscales y monetarias de Argentina son pésimas, no sorprende que nuestros fundamentos sean los peores, y nuestra moneda la más débil y volátil de la región.
Argentina tiene un gasto público +14 p.p. más elevado que el promedio de los países vecinos.
Eso se traduce en una constante pérdida de reservas internaciolnales desde que empezó la corrida cambiaria las reservas internacionales.
La pérdida de reservas ocurrió a pesar de la suba de la tasa de interés y la devaluación, y derivó en el salvataje del FMI. Este préstamo supuestamente constituiría un certificado de confianza ante los inversores especulativos, pero ello no se constató en términos de la sangría de divisas: de perder en promedio 33 millones de dólares diarios en forma previa al acuerdo con el fondo,se perdieron U$S 23 millones diarios después del primer desembolso de casi U$S 15.000 millones.
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