Viajar después de los 60, una tendencia que crece y suma beneficios

Lo que más le gusta a Elena Sala (78) de sus viajes es lo imprevisto, lo inesperado. Es por eso que, antes que recopilar información, prefiere dejarse sorprender por los paisajes y la situaciones. Y emocionarse. Así le pasó en San Gimignano, un pueblito ubicado en Italia, donde un día, mientras recorría, la sorprendió el sonido de un bandoneón que, en manos de un argentino, tocaba música de Piazzolla.

Después de eso, lo que más le gusta es la historia. Y es por eso que los destinos que prefiere son aquellos que conservan vestigios de épocas remotas. Le gusta maravillarse, cuenta, con la manera en que ese legado se mantiene en pie. O, en otro orden, sorprenderse con la singular arquitectura de Dubai. Para Elena, que a veces viaja sola, otras acompañada por una amiga y otras en grupo, recorrer el mundo a su edad es una experiencia diferente a la que fue viajar en otros momentos de la vida.

La historia de Elena forma parte de un fenómeno que crece a nivel mundial, que lleva a cada vez más adultos mayores a salir a recorrer el mundo, a partir de más propuestas y servicios provenientes del sector turístico.

Es una tendencia que se nota en las agencias de viajes locales, desde donde se asegura que sus principales protagonistas son matrimonios mayores de 60 años. Y que es observada también desde el consultorio de los geriatras, quienes destacan que el viajar tiene grandes beneficios para la salud física y psíquica de los adultos mayores, pero también recomiendan tomar ciertas precauciones, sobre todo cuando se viaja a destinos que requieren vuelos que duran más de cuatro horas (ver aparte).

“Con todo armado”

Desde una agencia de turismo platense, Sofía Lenceti indica que entre los mayores que viajan son mayoría los matrimonios y que normalmente se caracterizan por irse “con todo armado”.

“Las personas mayores viajan mucho por el interior del país y también al exterior, sobre todo a países europeos. Menos común es que se inclinen por destinos más exóticos, pero hay casos en que optan por algunos de ellos, como Turquía, Egipto o Tailandia. Una de las característica de los viajes de los adultos mayores es que quieren ir con todo organizado, especialmente los traslados a los puntos de mayor interés”, cuenta Lenceti.

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Del lado de los viajeros se habla de experiencias que se viven de manera muy diferente, en la madurez, a las de la juventud.

“A esta edad se valoran mucho más los viajes, parecen distintos”, dice Gloria Rodríguez (71), quien junto a Jorge Monsalvo (78) hizo varios viajes por distintos países en los últimos años.

Entre los que más recuerdan se cuentan uno a Machu Picchu, a Marruecos y Egipto y a distintos países europeos.

“Cuando uno viaja, los problemas de la edad se olvidan. Uno sale de paseo y los dolores se van, aunque una vez tuve que tomar algunas precauciones antes de viajar por un problema en la rodilla”, dice Gloria.

Aprovechar el tiempo, conocer gente nueva, otras culturas, vivir intensamente cada momento y atesorar recuerdos son algunos de los aspectos de los viajes que más entusiasman a Gloria Rodríguez y Jorge Monsalvo.

“Viajar a esta edad se disfruta más”, dice Jorge y agrega, “en mi caso, trato de leer mucho sobre el destino antes de salir y vuelvo a hacerlo al regresar, como una forma de fijar lo visto y lo aprendido. Los viajes se viven a esta edad intensamente, mucho más intensamente que aquellos que hacíamos cuando éramos más jóvenes y en los que todavía teníamos otro estado físico y nos gustaba acampar”.

Monsalvo destaca que, en cada uno de sus viajes le tocó encontrar mucha solidaridad y colaboración en todos aquellos con quien se cruzó.

“Nos gusta tanto viajar que pensamos seguir haciéndolo mientras se pueda, sabiendo que en todos los destinos hay gente que ayuda a superar cualquier inconveniente que surja”, dice Monsalvo, quien junto a Gloria Rodríguez sueñan con nuevos viajes desde nuestra ciudad. Entre ellos, uno que los lleve a Turquía y a Grecia.