¿Hijos o entenados?

“Hoy no se tocó el programa de rebaja de retenciones. Todos van a pagar 4 por 1, pero es 4 pesos, la inflación te lo devalúa. Es transitorio. Yo estaba en 2001. Eso fue un golpe civil: (Raúl) Alfonsín y (Eduardo) Duhalde”, expresó en televisión Elisa Carrió. Junto a ella, en el piso de TN, estaba el diputado cordobés Mario Negri, un alfonsinista de la primera hora, que prefirió no retrucar el comentario.

“Así están los radicales hoy. Mordiéndose los labios”, le dijo a este diario un importante dirigente del partido centenario.

En el 2001, Lilita Carrió militaba en el radicalismo. Había apoyado la Alianza, aunque en el último año se mostró crítica. Ahora, en cambio, se presenta como una “macrista” todo terreno. En las filas del PRO le dicen “radical libre”, no por su pasado en la UCR, sino por la definición química: son aquellos átomos o conjuntos de ellos que disponen de un electrón sin aparejar, una condición que les confiere inestabilidad y reactividad.

Pero el tema central de debate en Cambiemos hoy no es Carrió. Es la UCR y su rol en la alianza con el PRO. El asunto quedó al desnudo durante el fin de semana, cuando en Olivos se debatió la reestructuración de Gabinete y las medidas económicas que finalmente anunció el ministro Nicolás Dujuovne.

El sábado conversó el presidente Mauricio Macri con su “mesa chica”: María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta ,Marcos Peña, Jaime Durán Barba y Carlos Grosso. Luego se sumaron Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y Dante Sica.

El domingo, cuando todo estaba discutido, fue el turno de los radicales: Ernesto Sanz, Luis Naidenoff, Gerardo Morales y Mario Negri.Y además los invitados especiales: Alfonso Prat Gay y Martín Lousteau. No fue el presidente del radicalismo, Alfredo Cornejo, cuyos modos directos últimamente han provocado serias discusiones con el Presidente.

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La comunicación oficial de las reuniones fue confusa. Los voceros de Gobierno dijeron que Mauricio Macri le ofreció al radicalismo tres carteras: Defensa, a Ernesto Sanz; Cancillería, a Alfonso Prat Gay y Educación a Martín Lousteau. Y que estos no aceptaron.

Además hicieron trascender que el propio radicalismo había pedido más participación en el Gabinete y que lo rechazaron, en un momento difícil. Carrió echó más leña al fuego al decir “yo no quiero cargos”. En el radicalismo desmintieron esta información. “Es mentira, no fuimos a pedir nada. Recibimos ofrecimientos y lo rechazamos”, dijeron ayer.

Lo cierto es que el radicalismo estaba sumido ayer en un profundo debate. Porque sienten que el gobierno de Macri no los tiene en cuenta a la hora de debatir políticas. No solo cargos.

Ayer, después de las 19, comenzó en el Congreso la reunión del bloque de diputados nacionales de la UCR, encabezada por Mario Negri. Hubo mucha catarsis y críticas a la forma de conducción de Macri e, incluso, a cómo está manejando Cornejo al Comité Nacional del partido radical. “El problema no es solo del gobierno, el radicalismo está hoy carente de conducción e ideas. Cuando va a convocar al debate interno el presidente Cornejo. Qué está esperando, que estemos todos muertos?”, dijo alguien en medio de un encendido debate.

Pero ayer este debate comprendía a los radicales de todo el país. No para reflotar la discusión de “que se quiebre pero no se doble” de Leandro Alem, sino,como expresa una popular frase del folclore criollo, para entender si los radicales son hijos o entenados dentro de la alianza Cambiemos.