No hay vacaciones para los infractores de zonas céntricas

En las calles de City Bell el estacionamiento en el casco urbano se convirtió en un dolor de cabeza para vecinos, comerciantes y visitantes ocasionales, y no el periodo estival hace que aflojen con este problema que preocupa -y mucho- a los vecinos.

Es que el descontrol, el escaso respeto por el espacio público y las infracciones en zonas en las que está prohibido dejar el vehículo, como por ejemplo cuadras enteras sobre la mano izquierda, rampas y garajes, se imponen en los escasos lugares disponibles que hay para estacionar en la zona céntrica de City Bell, una localidad que cada vez genera más tráfico en su interior por su propuesta gastronómica y comercial y que incrementó en forma exponencial tanto la cantidad de habitantes como su parque automotor.

Lo que hace pocos años era un inconveniente circunscripto a unos pocos ratos hoy se convirtió en un problema de los siete días de la semana.

Toda la zona Norte genera cada vez más tráfico y se incrementaron en forma exponencial tanto la cantidad de habitantes como su parque automotor.

Por eso, el estacionamiento se complica cada vez más, de la mano de un crecimiento comercial que genera un tráfico más intenso y que llega a colapsar algunas zonas, como por ejemplo los fines de semana en el centro de City Bell.

Pero el problema no es solo de viernes y sábados, ni de las fiestas de fin de año. Enero y febrero, otrora meses en los que casi se podía circular caminando por las calles, hoy presentan los mismos problemas que el resto del año.

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Los días de semana las zonas de bancos (Plaza belgrano) y arterias como Cantilo, 15, Jorge Bell y 13 muestran calles atestadas de autos e infractores para todos los gustos: los que estacionan a la izquierda en calles en las que no está permitido, los que tapan rampas para discapacitados o garajes y los que estacionan en doble fila.

Los fines de semana, visitantes y locales pugnan por un espacio reducido que termina dirimiéndose en infracciones de tránsito cada vez más groseras.

Por ejemplo, en las calles en las que el sentido de circulación es de una sola dirección el estacionamiento permitido es sobre una única mano -la derecha- pero muy pocos respetan esta ordenanza municipal y convierten a calles céntricas en virtuales desfiladeros en los que hay que sortear todo tipo de obstáculos y, para los que manejan, mostrar pericia para circular entre autos y camionetas que muchas veces dejan un mínimo espacio para seguir camino.

También esto se transforma en grandes nudos de circulación en horas pico, como por ejemplo la cuadra de 7 (13b) entre Cantilo (473) y 15 (473 bis) que tiene su circulación “restringida” por los vehículos estacionados en ambas manos durante casi toda la jornada, cuando en el lado izquierdo el estacionamiento, prohibido, nunca se respeta.

Es una arteria clave de acceso a la clínica de la localidad. Así y todo, los propietarios de vehículos usan y abusan del espacio público y, muchas veces, literalmente impiden el acceso desde la calle 15 en el sentido de circulación hacia Cantilo cuando hay vehículos estacionados muy cerca de la esquina de 15 y 7, según denuncian vecinos de la zona.

Es una postal diaria de lo que ocurre en otras calles –ahora céntricas- como Jorge Bell (3), 6 (13c), 4 (14a), 2 (14c), 3 (14c) y tantas otras comprendidas en la cuadrícula delimitada por el Camino Centenario, Pellegrini (474), 11 (467) y Camino Belgrano.

En muchas de ellas estacionar en ambas manos forma parte de la regla y no de la excepción.