Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Séptimo Día |La Iglesia de hoy

Reconciliación

Dr. José Luis Kaufmann Monseñor

13 de Enero de 2019 | 02:39
Edición impresa

Es dable señalar que la experiencia de toda confesión bien hecha, ante el ministro sagrado, otorga la paz y la alegría del perdón recibido y de la nueva etapa

Queridos hermanos y hermanas.

Podría darse que alguien, aun llamándose cristiano, considere que para alcanzar el perdón de los pecados basta confesarlo “directamente” a Dios. Sin embargo, Dios ha dispuesto que todos los que quieran el perdón de sus pecados hagan previamente la sincera confesión ante un sacerdote de su Iglesia. Esta es una verdad de fe y ponerla en tela de juicio o negarla equivaldría a estar fuera de la comunión de la Iglesia católica.

Es indiscutible que sólo Dios puede perdonar los pecados (cf Mc 2, 7). Pero Jesús, el Hijo de Dios, dice de sí mismo que Él “tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados” (Mc 2, 10) y, de hecho, ejerce ese poder de Dios (cf. Mc. 2, 5; Lc 7, 48). Más aún, en virtud de su autoridad divina, Jesús confiere este poder a algunos hombres elegidos por Él para que, a través del tiempo y del espacio, lo ejerzan en su Nombre: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan” (Jn 20, 22-23).

En efecto, Jesús ha querido que su única Iglesia, tanto en su oración como en su vida y en su obra, fuera el signo y el instrumento del perdón y de la reconciliación que Él nos adquirió al precio de su Sangre derramada en la Cruz.

Este sacramento del perdón, fue instituido por Jesús a favor de todos los cristianos –que somos pobres pecadores y siempre necesitamos del perdón – y, ante todo, para quienes hayan caído en algún pecado grave y, por lo mismo, hayan perdido la gracia bautismal y herido la debida comunión eclesial.

Tengo para mí que nada es más personal e íntimo que la celebración de este sacramento en que el pecador se encuentra solo en la presencia de Dios con su culpa, su arrepentimiento, su propósito de enmienda y su confianza. Nadie podría arrepentirse en su lugar. La soledad del pecador en la verdad de su culpa puede verse representada en la parábola del hijo pródigo (cf. Lc. 15, 11 ss), cuando toma conciencia de la condición a la que se ha reducido por el alejamiento del padre.

Pero también es dable señalar que la experiencia de toda confesión bien hecha, ante el ministro sagrado, otorga la paz y la alegría del perdón recibido y de la nueva etapa. Habiendo el penitente dicho con claridad todos sus pecados, Dios le responde con el amor del perdón y la fortaleza para ser siempre mejor.

Algunos cristianos podrían decir que no se confiesan porque “no creen en los curas”. Es una postura hipócrita. No es el ministro el que perdona sino el mismo Cristo por medio de los ministros elegidos por él. Toda excusa humana para celebrar el sacramento del perdón, tiene una nefasta influencia del maligno.

El oficio del sacerdote consiste en escucha la confesión y formular un juicio sobre el valor moral y psicológico de las acciones de las cuales el penitente se acusa, así como también de las obligaciones que, en consecuencia de tales actos, el cristiano ha contraído. Podría darse que algún pecado exija una reparación, sin la cual Dios no podría perdonarlo.

Por eso, no basta con pedir perdón; es necesario estar arrepentido y, si fuera el caso, reparar el daño causado.

Así como es necesario higienizarse siempre para tener una vida social normal, también es necesario purificarse siempre por el sacramento de la confesión para una vida cristiana normal. El cristiano que dilata su confesión se acostumbra a vivir en la suciedad espiritual.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla