El juego online, un tema incómodo que debió afrontar Vidal en el año que acaba de irse
Edición Impresa | 2 de Enero de 2019 | 03:38

Por: Mariano Pérez de Eulate
mpeulate@eldia.com
Uno de los temas más incómodos que debió llevar adelante María Eugenia Vidal durante el 2018 que acaba de irse fue la regulación de las apuestas online. Lo afirman fuentes que la conocen bien y saben de su postura personal a favor de reducir el negocio del juego en la provincia que le toca gobernar.
Muchos leyeron el impulso a la legalización de este sistema lúdico como una contradicción de la Gobernadora. La Iglesia -de mucho mejor diálogo con Vidal que con Mauricio Macri- salió públicamente con una posición muy dura de la Conferencia Episcopal Argentina en contra de la idea de la mandataria, en la que rutilantemente sentenció: “Cada casa puede ser un casino”.
Esa diferencia metió un poco de ruido en la relación bilateral, aunque fuentes oficiales revelaron que en el gobierno bonaerense no hubo sorpresas cuando salió el comunicado: emisarios de la cúpula eclesiástica le avisaron con cierto tiempo a la gobernadora que avanzarían con una postura crítica. Eso fue leído en el vidalismo como una cortesía de los obispos, un gesto diferenciador respecto a lo que sienten por el Presidente.
El tema de regular las apuestas en línea viene dando vuelta en el macrismo bonaerense hace tiempo. Pero es obvio que, aunque oficialmente sea negado, el impulso final para incluirlo en el proyecto de Ley Fiscal 2019 fue la necesidad recaudatoria: con un presupuesto de ajuste para el año electoral, que incluye una licuación del Fondo del Conurbano que había obtenido la gobernadora, toda nueva entrada de dinero es bienvenida; y el ingreso estimado que representará esta modalidad sería de unos 10 mil millones de pesos anuales.
Además de contener a casi el 40% de los habitantes del país, la Provincia de Buenos Aires tiene un alto nivel de conectividad para los parámetros nacionales. Según cifras del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) de 2018, en Argentina hay más de 20 millones de personas con acceso a internet, de las cuales más de 3 millones son bonaerenses. Y una parte grande se conecta desde su teléfono celular, tendencia que va en constante aumento. Las empresas prestatarias aseguran que son más.
Pero además de la segura entrada de nuevos ingresos, Vidal se enfrentó con una disyuntiva casi filosófica que discutió con sus asesores en la materia: para combatir la situación de ilegalidad en que se encuentra, al juego online (que es un fenómeno global con un techo difícil de pronosticar y es tema de debate en varios países) había que prohibirlo o regularlo. No debía haber medias tintas, se analizó en la gobernación donde han llegado a contabilizar entre 15 y 20 páginas que recogen apuestas y, claro, no tributan a la Provincia. Y fue ahí cuando, hacia adentro del submundo del juego, se potenció el debate de conveniencias entre las apuestas presenciales o las apuestas virtuales.
Aquella advertencia de la Iglesia, de hecho, remarca la preocupación por las segundas. Se sabe la posición refractaria de los obispos hacia las primeras, que requieren la asistencia del apostador a los sitios como casinos o bingos, más allá de que parte de la recaudación de estos lugares se destina a fines sociales.
La regulación del juego online fue aprobada cuando se votó la Ley Impositiva en la Legislatura, el 4 de diciembre pasado. Según los especialistas, semejante temática hubiera merecido un proyecto de ley aparte pero el Ejecutivo, en la negociación contra reloj con la oposición, prefirió meter todo en el mismo paquete. Se rescata como algo positivo que el sistema se armará por una licitación pública a favor de siete empresas, lo que impediría la formación de monopolios, y la creación de un registro de operadores.
Las negociaciones con la oposición estuvieron trabadas pero se allanó el camino cuando se acordó que los municipios también sean beneficiarios de lo que deje la actividad que, por cierto, deberá tributar un 15% de alícuota de Ingresos Brutos a la Provincia más el canon a fijar en el momento de las licitaciones. Los operadores deberán registrar un dominio perteneciente a la zona especial designada por el Instituto de Lotería y Casinos, que es el ente que regirá la actividad.
En los artículos 142 y 143 de la ley, se detallan las modalidades incluidas: juegos de casino virtual -de mesa y máquinas electrónicas automatizadas-, apuestas deportivas (incluye turf, claro), loterías y “donde se arriesguen cantidades de dinero sobre resultados futuros e inciertos, con independencia que predomine en ellos el grado de destreza de los jugadores o sea exclusivamente de suerte o azar”. Hasta el resultado de un reality show televisivo podría incluirse.
La gran pregunta que se hacen todos desde que salió al ley es si el presidente de Boca y hombre cercano a Macri, Daniel Angelici, entrará en el negocio online regulado. En principio, como a todo binguero con salas presenciales, debería generarle ruido la regulación, que le crea competencia virtual. Pero los rumores corren como reguero de pólvora y se comenta que tendría un par de firmas operativas. La ley, es verdad, pone limitaciones: no pueden participar en el negocio actores vinculados a eventos deportivos o a cualquier acontecimiento sobre el que se realicen apuestas.
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