Para Boca fue un punto de partida frente a Newell’s

Lindo partido, muy entretenido, fue el que Newell’s-Boca protagonizaron anoche en el Parque de la Independencia rosarino, que significó la presentación oficial de Gustavo Alfaro como entrenador del conjunto Xeneize. Los dos aceptaron un partido de arco a arco, y esa determinación de pensar básicamente en el arco de enfrente, desembocó en una serie de jugadas de alto riesgo... Falló Darío Benedetto un par de veces, y a la vuelta Maximiliano Rodríguez apareció libre por la derecha para recibir libre de Mauro Formica, entrarle a la pelota con todo el pie derecho y clavar el 1 a 0 lejos del alcance de Esteban Andrada. Un golazo, desde donde se lo mire, que no hizo más que reforzar una intensidad que no le faltó desde que la pelota se puso en movimiento.

Hasta la apertura, Boca había mostrado postales que bien pudieron ser extraídas de los ensayos anteriores al esperado regreso a la Superliga, con el sueño de apurar en el tramo final para acortar la distancia que lo separa del puntero Racing: derrota con Unión, triunfo sobre Aldosivi. Esto es, que de mitad de cancha para adelante, tocando rápido y de primera, pudo elaborar jugadas verdaderamente electrizantes, como las dos que desperdició Benedetto; mientras que en el fondo, de nuevo ofreció una larga serie de interrogantes.

Un gol arriba, al conjunto rosarino el partido le quedó más a la medida, porque el conjunto boquense apuró más el juego saliendo, con lo cual ofreció espacios para las réplicas que los volantes rosarinos manejaron con un buen panorama. En uno de sus intentos, Emanuel Reynoso dejó a Cristian Pavón mano a mano con Alan Aguerre, pero la cruzó demasiado el cordobés; pero la respuesta llegó con otro ataque rojinegro por derecha, esta vez a cargo de Formica, que el arquero manoteó con lo justo.

“Hay que hacer un borrón y cuenta nueva... No fue el resultado que vinimos a buscar, pero al menos no perdimos”

Darío Benedetto
El goleador de Boca

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Así transcurrió el primer tiempo: sin respiro, y con una larga serie de matices que al equipo que está desarrollando Alfaro, con un alto recambio, teniendo en cuenta el anterior dirigido por Guillermo Barros Schelotto, lo mostró desarticulado, lejos de esa fuerza sólida que el entrenador pretende imponer a partir de la figura de Carlos Tevez, el ídolo al que le devolvió el protagonismo perdido y lo designó como eje del proyecto futbolístico con el cual desembarcó.

Una cosa fue Boca con la pelota, se repitió en el segundo tiempo, y otra teniendo que recuperarla. Newell’s, en tanto, se movió mejor también cuando dispuso del control, aunque se adaptó mejor frente a circunstancias adversas. Una combinación exquisita de Maxi Rodríguez con Luis Leal pudo ser otro golazo, que al final quedó en la nada por una mínima posición adelantada del portugués, y con el propósito de dar un volantazo, el técnico de Boca mandó a Mauro Zárate en lugar de Reynoso y al colombiano Jorman Campuzano (por Barrios) para compartir la franja central con Iván Marcone.

El costado izquierdo de la defensa, a cargo de Emmanuel Más, fue el sector más permeable de la última línea boquense, por donde Newell’s volcó la mayor parte de sus ataques, y a medida que los minutos pasaron, el desgaste físico se hizo notar el la formación local, que terminó resignando protagonismo. Esto no hizo más que potenciar la búsqueda Xeneize, que tras una corrida de Zárate por la izquierda sirvió un centro que esta vez aprovechó a fondo Benedetto, que a esta altura de la noche compartía el frente de ataque con Wanchope Ábila.

Tras el empate, apareció la mejor versión de Boca, al punto que estuvo cerca de quedarse con todo.