Vecinos denuncian que hay un “corredor delictivo” en 67 y 10

El primero de los hechos del cual tienen registro ocurrió el sábado 9 de marzo a la tarde, cuando dos motochorros asaltaron y golpearon a una chica que caminaba por al cuadra de 67 entre 9 y 10. Las cámaras de seguridad de la casa de Patricia, que vive a mitad de la calle, grabaron esa y otras secuencias delictivas que se repitieron sin cesar.

“Nos tienen de punto. Todas las semanas tenemos al menos un robo, a nosotros o a los transeúntes que pasan por acá”, le dijo a EL DIA Mara, una de los nueve vecinos que ayer por la tarde, apostados en la esquina de 67 y 10, relataron los pormenores de la situación.

El mensaje es claro: “Queremos una acción inmediata que ayude a parar los sucesivos hechos” que jaquean al barrio, expresaron Carmen, Mara, Graciela, Patricia, Nelly, Gelso, María, Ricardo y Luis. Todos ellos viven “desde hace años” en la zona y, según afirmaron, la problemática se intensificó “cuando llegó el asentamiento al parque Saavedra, pero después de que lo sacaron no se calmó”. Asimismo, explicaron que las luces led colocadas en forma reciente “te dan un poco más de seguridad, pero la realidad es que nada los para a estos tipos porque atacan a cualquier hora y a cara descubierta”.

Hace más de 30 años que vivo en el barrio y veo que este último año recrudeció la delincuencia en la zona”

Nelly, Vecina

A mi hijo le robaron en la puerta de mi casa y le pusieron un arma en la cabeza para sacarle el celular”

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Patricia, Vecina

Los que tenemos hijos adolescentes directamente no dormimos, porque vivimos preocupados”

Mara, Vecina

Parece que estuvieran vigilando todo el tiempo y cuando ven que estás solo, te asaltan”

Ricardo, Vecino

Unas semanas atrás. a Lucas (28), el hijo de Patricia, dos ladrones lo abordaron en la entrada de su domicilio, le apuntaron con un revólver en la cara y le sustrajeron el celular y la billetera. El caso acrecentó el miedo que sienten los frentistas al salir de sus hogares y los obligó a modificar algunos hábitos.

“Hace unos años veías a los más chicos jugar en la vereda; mis hijos se criaron así, porque este era un barrio tranquilo. Ahora no existe eso”, reflejó Mara. La opinión fue secundada por Luis, quien manifestó que “tenemos motochorros todos los fines de semana, no vemos patrullaje y muchas veces pasa que denunciamos al 911 y el móvil viene 45 minutos después”.

DE ABRIL A SEPTIEMBRE

Como gran parte de los platenses que sufren el azote de los delincuentes y habitan el casco urbano y también la periferia, la comunicación entre ellos es constante. Crearon un grupo de WhatsApp y colocaron hace poco una alarma comunitaria, que suelen utilizar cuando observan gente sospechosa circulando por el área.

No obstante, por el listado de episodios que llevan desde hace meses ninguno de los recaudos tomados parece haber alivianado la situación.

“No tenemos registrada la fecha exacta, fue a las 4 de la madrugada. Un ladrón intentó levantar el portón automático en la mitad de la cuadra, para robar una bicicleta que estaba a la vista. Al no poder, se dirigió a la esquina de 67 y 10, trepó la reja de una casa y sustrajo otra bicicleta, con la que huyó por calle 9”, se lee en el registro de abril.

En julio, “el día 13 a las 22.39 dos motochorros sorprendieron a un vecino cuando ingresaba a la vivienda, le dieron un culatazo y se llevaron sus pertenencias”.

Luego, en agosto, el jueves 22 a las 19.30 “un desconocido se hizo pasar por el hijo de una anciana para acceder a su propiedad. La víctima se percató de la mentira y lo puso en fuga”.

En tanto, el viernes 6 del corriente, pasadas las 19, “un malviviente con logo de una aplicación de delivery golpeó con un machete en el ojo a un joven peatón para robarle la mochila”.

Por último, el más reciente ocurrió el domingo pasado y fue el más violento de todos los incidentes que los frentistas pudieron asentar. Se trató de un asalto en el que los atacantes “utilizaron un martillo para pegarle en la cabeza a un hombre. Le sustrajeron la bicicleta y le produjeron un corte profundo. No tuvo asistencia ni de la Policía ni del SAME y debió ser trasladado por los propios vecinos”. Todos los sucesos comparten escenario: la cuadra de 67 entre 9 y 10.