Crece la tensión entre la Casa Rosada y Vidal tras la derrota del oficialismo

La derrota electoral del oficialismo abrió una grieta. Ya no se trata de la tradicional pelea con el kirchnerismo que monopolizó los últimos años de la vida política del país. Esta vez, la disputa empezó a horadar el corazón de Juntos por el Cambio.

Como anticipara este diario, la Casa Rosada comenzó a apuntarle a María Eugenia Vidal como una de las responsables de la derrota electoral de Mauricio Macri. Cerca del Presidente sostienen que el mandatario logró dar vuelta los resultados en Santa Fe, San Luis y Entre Ríos y que estiró notablemente las diferencias en Córdoba donde consiguió porcentajes similares a los que obtuvo en 2015. Pero que el talón de Aquiles fue la provincia de Buenos Aires.

En territorio bonaerense se cimentó la victoria nacional de Alberto Fernández. Por consiguiente, la derrota de Macri. El resultado del escrutinio provisorio es contundente.

De los dos millones de votos de diferencia entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, 1,5 millones se explican por el resultado bonaerense. Si se hila un poco más fino, ese enorme volumen de votos se concentró en el Conurbano. Allí, en las zonas más pobladas de la Provincia y con necesidades sociales más marcadas, hubo una vez más un aluvión de voto peronista.

En la Tercera sección electoral, en el sur del Gran Buenos Aires (La Matanza, Florencio Varela, Berazategui, Lomas de Zamora y Almirante Brown, entre otras comunas), Fernández obtuvo una diferencia de 1 millón de votos. El otro medio millón lo consiguió en la sección Primera, en el norte y oeste del Conurbano.

Para el macrismo más duro, buena parte de esa responsabilidad corresponde a Vidal. Se quejan de que prácticamente no se programaron actos con Macri desde las Paso hasta las generales. También, de que la mandataria habilitó a los intendentes a municipalizar la elección en desmedro de las chances del Presidente. Algunos hasta la acusan de haber “bajado los brazos” tras la amplia derrota frente a Axel Kicillof en las Paso.

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El enojo de la Rosada se completa con un detalle vinculado a la estética del acto de cierre de campaña de Vidal. En la cancha de Platense se eliminó todo vestigio relacionado al oficialismo y alumbraron colores rojos en banderas y gorros como un anticipo de la toma de distancia de la Gobernadora de la suerte de su jefe pensando en el pos macrismo.

CRUCES
 

El vidalismo salió al cruce de esas sospechas. Como también adelantara este diario, ventilan números para contrarrestar la embestida. Anotan que Macri creció más que Vidal en la Provincia: 734.238 votos contra los 633.785 de la gobernadora. Por lo tanto, que no le jugaron en contra como dice la Rosada.

Esos tironeos anotaron  algunos gestos contundentes. Por caso, el que protagonizó el propio Presidente al recibir en la Rosada a su primo e intendente reelecto de Vicente López, Jorge Macri.

El alcalde salió del encuentro y disparó que los resultados electorales obtenidos por Juntos por el Cambio a nivel nacional consagran al saliente mandatario en un lugar de “liderazgo indiscutido de una oposición que tiene que estar unida”.

El mensaje para Vidal parece concluyente: la Gobernadora aspira a conducir la oposición junto a Horacio Rodríguez Larreta y sectores de la UCR. Macri, a través de su primo, le envió ayer un mensaje fuerte.

“Él siente muy fuerte un mandato que le dio la gente y va a estar a la altura de ese mandato, porque las marchas lo ponen en un lugar distinto, la gente pidiéndole que no afloje ni los abandone. Eso sigue ocurriendo hasta el día de hoy”, sostuvo el jefe comunal como para reforzar la idea.

“Estuvimos charlando y evaluando la elección. Ví a un Presidente muy entero y muy satisfecho con la tarea realizada, que asumió un rol de liderazgo muy importante después de las PASO”. Y  explicó que el “haber sacado más del 40 por ciento de los votos” es lo que lo consagra su “liderazgo indiscutido”.

Aunque en forma incipiente, lo que parecería estar emergiendo es una oposición a la propia Vidal en la Provincia. Liderada justamente por Jorge Macri, con quien la todavía gobernadora supo tener encontronazos muy comentados.

Vidal, que aspira a conducir la oposición también en la Provincia, concretó ayer su contraataque. Y reunió a los legisladores bonaerenses que continuarán su mandato desde el 10 de diciembre y a los electos el domingo. Mañana será el turno de los intendentes. La idea de la mandataria es que nadie se le fugue y que esa abigarrada tropa territorial sea sostén de su liderazgo.

Macri pareció ayer mostrar, a través de la reunión con su primo, que está dispuesto a tener su propio juego en la Provincia. “Hay gato para rato”, dijo en el último tramo de la campaña. Quizás esté comenzando a cumplir esa promesa.