Cubbing: sexo entre hombres jóvenes y mujeres de más de 50

En la era de la diversidad y de cuestionar los patrones establacidos culturalmente sobre relaciones y vínculos, surge un nuevo fenómeno: el cubbing. Esta práctica demuestra que la diferencia de edad en el amor y el sexo aún está mal vista.

La generación de menos de 35 años son mucho más moderna en temas como el cuestionamiento de la monogamia, el poliamor y las parejas abiertas, pero todavía seguimos atascados en los aspectos muy superficiales. Este término, no obstante, no es actual. De hecho, lo popularizó Candace Bushnell, autora de la columna que alumbró la revolucionaria ‘Sexo en Nueva York’.

Pero, ¿qué es exactamente el cubbing? Se refiere a las relaciones sexuales y/o románticas que se establecen entre mujeres mayores de 50 años y hombres más jóvenes, y toma la denominación de la palabra cub, que en inglés significa “cachorro”. Hay que evitar confundirlo, eso sí, con las cougar, las mujeres que se sienten atraídas por hombres más jóvenes, ya que el cubbing hace hincapié en la reciprocidad de esta conexión.

El cubbing es más habitual de lo que se cree y aunque hay locales en grandes ciudades dedicados a ello, los prejuicios siguen estando a la orden del día. El ambiente de secretismo y fugacidad de estos círculos demuestra que aún la sociedad no está preparada para aceptar estas relaciones con naturalidad, en parte porque son mujeres las personas de mayor edad en ellas.

Psicólogs y sexólogos analizan este fenómeno. “Somos una generación mucho más abierta y respetuosa con todo tipo de relaciones, pero sí es cierto que se siguen teniendo prejuicios sobre la diferencia de edad, sobre todo si es notoria”, afirman lso especialistas.

“Las personas tenemos cierta tendencia a prejuzgar u opinar sin tener toda la información. Hay relaciones sin diferencia de edad tan sanas o insanas como pueden ser aquellas en las que sí la hay”, agregan.

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“Sigue pareciéndonos raro, ¿verdad? En una sociedad en la que supuestamente hay más libertad, siguen sorprendiéndonos las relaciones en que la diferencia de edad es llamativa. Por otro lado tendríamos que valorar qué nos parece excesivo y qué no”, cuentan los expertos.

“Podemos atribuir este rechazo a una cuestión biológica, pero este argumento hace aguas en cuanto lo nombramos. Cuando vivimos en una cultura que ha sido regida por la moral religiosa durante siglos, donde lo más importante era la reproducción como eje relacional, esto no está bien visto. Más aún cuando la persona de mayor edad es una mujer”, resaltan.

¿Existen más prejuicios hacia estas relaciones cuando la persona de mayor edad es una mujer y no un hombre? “Cuando la diferencia es a la inversa, nos parece menos mal, e incluso podemos tachar al hombre como alguien exitoso o atractivo. Como decíamos antes, tenemos la impronta de la moral religiosa: para ella, el objetivo de las relaciones es la procreación, y aquellas en que la mujer ya no puede tener hijos nos parecen infructíferas”, destacan.

“Por otro lado, gran parte de la sociedad sigue mostrando desinterés por la belleza de las mujeres de más edad. Este terreno sí lo han conquistado los hombres, donde encontramos listas de ‘los maduros más atractivos’, donde las canas resultan deseables…”, cuestionan los especialistas.

Muchas de estas ideas preconcebidas se hallan ya en los ambientes de cubbing, en los que, según algunos de sus habituales, se promueve el secretismo e incluso la oscuridad. ¿Son sanas estas formas de conectar? “Cuando una relación no ha sido aceptada socialmente ha buscado sus propios caminos, lugares, claves, códigos, para llevarse a acabo. Esto ocurría previamente, y aún en algunos lugares del mundo, desgraciadamente, entre personas del mismo sexo”, dicen los expertos.

En el caso del cubbing, la búsqueda de los lugares seguros es fundamental para evitar sentirse observados y juzgados. Quizás un ambiente más normalizado daría pie a establecer vínculos de forma más natural, pero tampoco tiene por qué ser negativo. Al final depende de lo que cada uno busque allí.  “Se sigue propiciando la etiqueta de que es algo inadecuado, e impide naturalizarlo. Nos estamos diciendo a nosotros mismos que es algo insano, que no es normal, que no es lícito”, objetan.

Las razones que llevan a los fieles del cubbing a estos locales a veces van más allá de la simple atracción y diversión. Hay quienes buscan subidones de autoestima que no pueden encontrar en otros lugares. En el caso de algunos hombres, porque no se sienten deseados por mujeres de su edad, o porque les cuesta ligar en otros círculos. En el caso de algunas mujeres, porque la sociedad penaliza su belleza por el motivo de su edad, y esto las empuja a sentirse menos deseadas. ¿De qué forma entra en juego este factor a la hora de establecer relaciones naturales?

“Sentirse deseado o deseada siempre es agradable y un subidón de autoestima, independientemente de la edad que tengamos. Entiendo que eso en este tipo de encuentros o relaciones es importante, igual que en el resto”, opinan y agregan: “Lo que sería interesante es que cada persona pudiera desear a quien decida de una forma libre y relajada, que pueda enamorarse independientemente de probables prejuicios sociales”.