Perros guía: razas, el desafío para entrenarlos y las ventajas que brindan en la vida cotidiana

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Los primeros perros lazarillos fueron cuatro y su trabajo era guiar a veteranos que habían quedado ciegos durante la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, diferentes asociaciones se encargan de adiestrar a los animales y entregarlos a las personas que lo necesitan.

Los perros guías o de asistencia, son animales adiestrados con el fin de dirigir en la calle a personas ciegas o con impedimentos visuales, así como también para ayudarlos en las tareas hogareñas.

Pueden viajar en un transporte público mientras cumplen su función o están de servicio.

El perro es entrenado para tener la capacidad de identificar y anticipar aquellos peligros que puedan poner en riesgo la salud o la integridad física de su dueño.

Las razas elegidas habitualmente para esa tarea son el golden retriever, el labrador y el pastor alemán. Ellos tienen el temperamento apropiado, son inteligentes y fáciles de adiestrar.

Se los entrena durante casi dos años para que sean como los ojos de quienes no ven. El proceso comienza mucho antes del nacimiento del animal: en los centros de crianza se seleccionan cachorros de pura raza o pedigrí. Cuando tienen dos meses y ya no se alimentan con la leche de la madre, los vacunan debidamente y los entregan en casas de acogida, donde las familias voluntarias se encargan de cuidarlos.

Al año ya tienen la capacidad para aprender sus tareas y comenzar con el adiestramiento: regresan a la fundación y deben acostumbrarse a compartir su vida con otros iguales a ellos. Los perros lazarillos deben cruzar la calle en línea recta, marcar puertas o escaleras, evitar obstáculos e identificar bordes.

Para entregarlo se tiene en cuenta la altura, el peso, la velocidad de paso, la iniciativa y las actividades de su futuro dueño.

 

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