Por el vandalismo hablan de “éxodo” vecinal en el barrio de Bellas Artes
Edición Impresa | 27 de Noviembre de 2019 | 01:43

El vandalismo desborda en la zona de la facultad de Bellas Artes y la plazoleta Noche de los Lápices. Frentes grafiteados, gruesas capas de afiches pegoteados unos sobre otros; árboles dañados por el fuego; casas abandonadas por sus dueños porque no pudieron soportar la situación y resolvieron mudarse a otro barrio; y en la plazoleta también faltan placas recordatorias.
En un simple recorrido se puede observar que la zona que rodea a la facultad de Bellas Artes está ganada por el vandalismo. Diagonal 78 desde plaza Rocha a 9; 8 de 60 a 61; 61 de 9 a 7, tienen algo en común: grafitis por cualquier sector que se mire. Un descontrol absoluto que depreció la zona hasta generar el “éxodo” de numerosos vecinos que optaron por salir del barrio.
Cuenta Matías Bezek que su local comercial lo pintó más de una vez y siempre, manos anónimas, volvieron a la carga con grafitis para dañarlo. “Hasta que me cansé y dejé todo como quedó después del último grafitis. Este barrio es un desastre. Entre el vandalismo, los ruidos molestos de los fines de semana y la gente que se apropia de la plazoleta para hacer cualquier cosa se ha llegado a convertir en algo que ya es imposible de soportar”, dijo el joven con gesto y tono de resignación.
Otros comercios optaron por utilizar distintos recursos artísticos, pero también fueron atacados por grafiteros que destruyeron las obras.
Carlos, empleado de la pensión de Unión y Fuerza, que está sobre 8 entre 60 y 61, dijo que en un momento el gremio resolvió pintar la fachada y reparar la vereda. “Al día siguiente, la pared quedó tapada de grafitis y marcas que no eran para nada artísticas. En algún momento se intentó limpiar, pero después entendieron que era en vano, porque volvían a la carga”.
Jeremías, quien vive en la pensión de los jóvenes de Chascomús que vienen a estudiar a La Plata, contó que “esto lleva varios años. Si mirabas la fachada hace casi cinco años, era algo impecable. Brillaba. Pero después, con el paso del tiempo, hay más espacio vandalizado que limpio y el frente es un anarquía de marcas. Con el paso del tiempo lo vas naturalizando, pero no está bueno llegar a esa instancia”.
Los árboles de diagonal 78 entre la plaza Rocha y 8 están quemados, tienen afiches pegados, ahuecados, se acumulan escombros de lo que alguna vez fue una maceta de hormigón, restos de vidrios, botellas rotas y señales de un marcado descontrol que suma capítulos cada fin de semana.
Entre el vandalismo y los ruidos molestos el barrio se ha tornado insoportable para los vecinos
La plazoleta La Noche de los Lápices es un capítulo aparte. El tronco del jacarandá fue vandalizado con fuego en varias oportunidades y pone en riesgo su estabilidad; el cantero tiene residuos como si fuera un cesto de basura más; faltan varias piezas recordatorias que se colocaron al momento de reinaugurar ese espacio público, en 2011. Alrededor del monumento recordatorio hay múltiples baldosas destruidas.
Una casa de diagonal 78 entre 61 y 8 fue bloqueada porque en más de una oportunidad ingresaron para intrusarla. La barricada de ladrillos que se levantó y la fachada en general fue ganada por densas capas de grafitis y afiches que hace casi imperceptible visualizar cómo había sido la vivienda años atrás.
“Es difícil detectar el momento en que aparece un grafitero y evitar que pinte el frente de tu casa o local. Aparecen en la noche, principalmente los fines de semana, y al día siguiente o cuando regresas al comercio te llevás la ingrata sorpresa de tener dañada tu propiedad”, contó uno de los comerciantes que había optado hace varios años darle lugar a un mural para esquivar los grafitis. “Pensé que con el arte íbamos a evitar los ataques, pero no fue así”, contó el joven, quien vive en la zona y dijo “hay pintadas en altura que no sabemos cómo lo hicieron. Si trajeron escaleras o se trepan de alguna forma para pintarrajear en una planta alta, en un segundo piso o donde se les ocurra”.
En el barrio están por habilitar entre dos y tres edificios sobre la calle 61 entre 7 y 8. Quienes aún permanecen en el barrio creen que “será difícil vender un departamento en este barrio. Por el momento tiene muchas desventajas, aunque el vandalismo es lo peor que nos pasó en los últimos años”.
Cabe indicar que los murales del edificio de la facultad de Bellas Artes de la UNLP, sobre diagonal 78, también fueron blanco de pintadas y pegatina de afiches que dañaron la fachada.
Con respecto a los ruidos molestos, desde la Comuna informaron que ”el Municipio, a través de la Secretaría de Convivencia y Control Ciudadano ha notificado a las instituciones como también a los establecimientos privados del área, procediendo a la intimación de los mismos a fin de erradicar los ruidos molestos en la zona”.
Hasta los murales de la facultad fueron blanco de las pegatinas y los grafitis
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