Hay terror por un “hombre araña” que violó a una joven en un edificio de Barrio Norte

El 20 de octubre de 1999 Alberto Fabián Salas quiso asaltar y violar a una estudiante en su departamento de 8 entre 39 y 40, pero la chica pudo tirarse desde una ventana del segundo piso y pedir ayuda a un patrullero. Los policías notaron que el sujeto era parecido a otros dos que se decían inocentes de ataques perpetrados con la misma modalidad: en edificios, contra mujeres solas, que eran atadas, violadas, asaltadas y obligadas a higienizar sus ropas íntimas.

Salas fue condenado a 17 años de reclusión en 2001, pero salió con condicional en abril de 2013 y a los dos meses lo mató una policía a la que quiso someter en su departamento de 5 entre 47 y 48.

Veinte años después, a diez cuadras de donde fue el abuso por el que Salas terminó preso, otro violador atacó a una chica mientras descansaba en su departamento, al que ingresó con la técnica del “hombre araña”.

La amenazó de muerte, aparentemente con un cuchillo y abusó de ella, antes de escapar sin robar nada, informaron fuentes judiciales y policiales.

POR UN OBRADOR

El brutal ataque sucedió en la madrugada del último domingo en una torre situada en inmediaciones de 11 y 32 (la dirección exacta se preserva en resguardo de la víctima), cuando una chica de 26 años se despertó sobresaltada por la presencia de un desconocido.

Las fuentes consultadas por este medio no dieron muchas precisiones sobre el delincuente, excepto que actuó con un cuchillo y no se llevó pertenencias.

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Es por eso que no está claro si actuó encapuchado; si la víctima pudo ofrecer una descripción de sus rasgos y contextura, ni tampoco cuánto tiempo permaneció en el lugar de los hechos.

Lo que sí confirmaron es que ingresó en el departamento a través del balcón, a donde llegó descolgándose por un obrador lindero al edificio.

“Estamos conmocionados por todo lo que pasó”, reconoció a este diario una vecina de la cuadra, que dijo conocer a la víctima pero prefirió no hablar al respecto.

Consumado el ataque, el agresor huyó (tampoco se sabe cómo), mientras la víctima se reponía del shock para pedir ayuda. Llegaron primero los móviles del comando de patrullas, aunque el caso fue derivado de inmediato al gabinete especializado en delitos sexuales. Ahí entrevistaron a la joven antes de hacer los peritajes de rutina y el protocolo de profilaxis.

A instancias del fiscal en turno, Alvaro Garganta, se abrió una causa por “abuso sexual con acceso carnal agravado”, y se ejecutaron las primeras medidas para identificar al responsable.

Además del testimonio de la víctima, los investigadores buscaron otros entre vecinos y potenciales testigos. Y la Policía Científica analizó la escena en procura de rastros del agresor.

Un rol clave podría jugar en este caso el material que hayan registrado las cámaras de seguridad públicas y privadas de la zona. Hay muchos edificios, la mayoría de los cuales tienen instalados estos dispositivos, incluido uno que está justo enfrente de la torre donde ocurrió el abuso.

Los pesquisas chequearán, además, si hay denuncias previas de incidentes cometidos con la misma mecánica o por un sujeto que se ajuste a la descripción de este último. Por ahora no está identificado y la causa da sus primeros pasos.

La historia policial de La Plata registra un antecedente muy parecido: en 2008 un adolescente de 16 años fue acusado de violar a cinco mujeres en distintos edificios de La Plata, a donde ingresaba por los balcones como “hombre araña”, hasta que en marzo de ese año un policía de civil lo mató en una torre de 10 entre 64 y 65, al salir en defensa de dos vecinas a cuyo departamento había irrumpido un rato antes.