El avance del vandalismo le costó este año a la Ciudad más de $ 19 millones
Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2019 | 02:09

El vandalismo arrasa con lo que encuentra en el camino y ya genera millonarios gastos a la Comuna local para los trabajos de reposición por los daños generados. Este año la Municipalidad informó que tuvo que destinar 19 millones de pesos para recuperar espacios públicos, monumentos y patrimonio histórico.
Pero el vandalismo no sólo tiene como blanco el patrimonio público. Numerosas fachadas de propiedades particulares, de instituciones intermedias y locales comerciales también fueron atacadas. Acá el gasto es infinito y casi imposible de cuantificar. Pero se lleva cifras importantes por las consecuencias que genera.
No sólo el gasto de dinero figura entre las consecuencias del vandalismo. Ya hay numerosos vecinos y comerciantes del barrio de la facultad de Bellas Artes que resolvieron abandonar la zona para elegir un destino más tranquilo, ante los reiterados ataques a las fachadas de las viviendas y propietarios de locales que resolvieron abandonar el sector de diagonal 78, 8 y 61, hacia otros barrios de la Ciudad.
1,5 MILLONES DE PESOS POR MES
De acuerdo a un informe elaborado por la Municipalidad de La Plata, se precisó que los actos de vandalismo contra espacios públicos, monumentos y patrimonio histórico de la ciudad alcanzó una cifra cercana a los 19 millones de pesos.
En virtud de esa cifra, durante el presente año se destinaron más de 1,5 millones mensuales en reparaciones por vandalismo corriente y sistemático.
Según se precisó desde la Comuna, estos daños equivalen a cinco nuevas plazas con equipamiento y forestación.
Paredes, fachadas, cortinas metálicas, monumentos. El aerosol no perdona espacio donde pueda dejar su marca. La Plata en particular es una de las ciudades del país más castigadas con ese tipo de vandalismo, un accionar de manos anónimas que crece sin parar. Según los últimos datos que pudieron reunirse, repintar el frente una casa de medida estándar puede llegar a superar los 40 mil pesos, mientras que renovar una persiana comercial (tomadas de punto por los grafiteros en este último tiempo) cuesta, no menos de 10 mil pesos.
El vandalismo afecta al espacio público y las propiedades privadas, generando serios perjuicios
Volver a pintar el frente de una casa que fue objeto de grafitis tiene por estos días un costo elevadísimo. Un balde de 20 litros de látex cuesta entre 5.000 y 6.000 pesos, y esa cantidad de material alcanza para cubrir 50 metros cuadrados. Además, la mano de obra se cotiza, como mínimo, en 100 pesos el metro cuadrado. Entonces, para poner a nuevo el frente de una vivienda de 8 metros por 4 hay que gastar más de 40 mil pesos, porque resta considerar otros insumos que hay que comprar para pintar una fachada.
Después de años de que la Ciudad soporta la agresión contra sus muros y sus aberturas, de amanecer todos los días con nuevos grafitis, ya no hay cuadra platense que muestre frentes libres de garabatos y cuanto más céntrica sea la zona más pintarrajeada se ve.
La oleada del vandalismo comenzó hace más de una década. Los propietarios de viviendas o de locales comerciales, y hasta las mismas autoridades gubernamentales -también son blanco de la virulencia de las pintadas callejeras los edificios públicos-, se cansaron de blanquear y volver a pintar las paredes, y la resignación se impuso como moneda corriente entre los vecinos.
“Con lo que cuesta la pintura, los insumos y la mano de obra, es casi en vano encarar semejante trabajo para recuperar una fachada. No hay controles, tampoco sanciones y desde hace mucho tiempo la Ciudad se rige por la ley de la selva, porque a cualquiera se le ocurre pintar una pared, una ventana, una persiana y no tiene consecuencias. Sólo queda el daño para el propietario”, dijo Juan Agustín Pazos, un vecino de los alrededores del centro comercial de calle 12.
PLAZAS, UNO DE LOS BLANCOS PREDILECTOS
Las plazas de la Ciudad encabezan por escándalo la predilección de los vándalos a la hora de elegir un espacio para dañar.
Plaza Moreno, frente a la Municipalidad, está plagada de señales de vandalismo. Grafitis, farolas y luminarias destrozadas, bancos a los que les falta buena parte de la estructura; fuentes dañadas en el sistema de iluminación y tuberías y cercos despanzurrados forman parte de una postal para la preocupación.
Plazas, parques y el Bosque, los blancos predilectos de los vándalos en la Ciudad
La plazoleta de 8 y 61, tal como se indicó, es otro de los espacios públicos dañados: bancos, placas recordatorias, el árbol incendiado y hasta sacaron el cartel que le da nombre al lugar (La Noche de los Lápices), son algunos de los daños que se registran a simple vista.
En plaza Olazabal, el Parque San Martín, plaza San Martín, plaza Rocha, el Paseo del Bosque, dan cuenta también del paso del vandalismo en todas sus variantes.
Hace unos años, entre las distintas políticas que implementaron contra las pintadas las gestiones comunales, se instrumentó un plan para preservar, por caso, las esculturas del patrimonio cultural platense, que contemplaba el uso de pintura anti grafiti. Ese medio de defensa contra el aerosol no es muy efectivo, pues sólo resulta si se trata a la mancha no bien fue inscripta; al intentar sacarla después de pasadas unas horas, ya no sale, según aseguran los especialistas.
En los últimos tiempos cobró un mayor interés para descargar grafitis las persianas comerciales. Un ejemplo de ese “furor” se ve a lo larga de las diez cuadras -de 54 a 64- del Centro Comercial de Calle 12: con los negocios cerrados todas las cortinas metálicas tienen algún que otro dibujo o inscripción incomprensible.
Aún está pendiente desarrollar un proyecto de la Dirección de Restauración Urbana dependiente de la Secretaría de Espacios Públicos de la Comuna, para fomentar “obras que resulten identitarias para la comunidad, con el objetivo de brindar un espacio alternativo de arte de carácter público y democrático para la exhibición, exposición y preservación de producciones artísticas”.
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