Por fin Boca habló donde corresponde: en la cancha

Boca volvió a lo suyo. Atrás quedaron las desafortunadas declaraciones de Tevez, quien fustigó de manera extemporánea a Guillermo Barros Schelotto, una vez que este se encuentra en otra historia, dirigiendo en los Estados Unidos a miles de kilómetros. Aquellas frases del Apache no hicieron más que minar el día a día xeneize y cargaron de presión el ciclo Alfaro. Por eso, resultó clave la goleada de anoche, que sirvió para despejar dudas y para que se vea por primera vez a un elenco convincente con el flamante DT en el banquillo azul y oro.

Cristian Pavón abrió la cuenta para el bicampeón de la Superliga, en tanto que completaron la faena goleadora Zárate, Ábila y Mas, quien no gritó el gol por respeto a los hinchas de su ex club. Fue una noche redondita para los de la Ribera.

El trámite se había iniciado con un Boca errático en las entregas. Se veían nervios en cada entrega, se palpaba la presión en cada acción de juego. Sin embargo, apareció todo el fútbol de Mauro Zárate para abrir la zona de ataque. En los pies del ex Vélez se inició la maniobra que culminó en la conquista de Pavón. Y el propio Mauro aumentó antes del cierre del primer acto, para encaminar desde temprano el trámite en favor de la visita.

TODO A PEDIR DEL XENEIZE

El segundo tiempo no tuvo equivalencias. Porque a poco de comenzado, Ábila logró estirar aún más las diferencias y de ese modo el dueño de casa quedó definitivamente fuera de combate.

Boca logró manejar el trámite a gusto, movió la pelota de un lado hacia otro y no pasó prácticamente zozobras en la zona defensiva.

La derrota santa le dio oxígeno al Lobo. Los de Cuyo no se pudieron acercar en los Promedios

En el último cuarto de hora llegó la cuarta conquista por intermedio de Mas a la salida de una pelota parada y los ribetes de goleada se contornearon con más precisión.

Fue una bocanada de aire fresco la que logró anoche el ciclo Alfaro. Se trató, quizás, del despegue de un equipo que inició este 2019 cargado de presiones.