Afirman que la recuperación del salario real tendrá un rol clave en las elecciones

En una reciente encuesta de la Universidad de San Andrés, la inflación resultó el segundo criterio más importante para la toma de decisiones de los votantes argentinos, destaca un reciente informe de la consultora Balanz. La seguridad lidera el ranking, especialmente entre los votantes más pobres que viven en áreas de mucha criminalidad.

Los hallazgos de San Andrés sobre la importancia de la inflación para la vida diaria de los argentinos se encuentran en la mayoría de las encuestas políticas publicadas en los ciclos eleccionarios. Es un colosal factor de cambio para la obtención de votos, mientras que dada la volatilidad que generalmente aparece en los ciclos de elecciones presidenciales en Latinoamérica y especialmente en la Argentina, hallamos que la mayoría de los inversores extranjeros está tratando de crear un marco para la campaña que les de certezas, destaca el trabajo.

La profunda recesión opacó la perspectiva de reelección d Macri y la tiñó con una alta dosis de pesimismo ya que los votantes argentinos son notoriamente volubles. Creemos que el único y más importante factor emocional que podría restaurar la confianza en Macri es una marcada recuperación de los salarios nominales y reales.

El enojo de los votantes en el cuarto cuatrimestre de 2018 fue elocuentemente capturada con la contracción del salario real (debido a la industria) desde octubre de 2017 aoctubre de 2018.

Esta destrucción de salarios reales se combinó con una maxidevaluación que implosionó los niveles de ingresos en dólares en un país con una vieja fijación con el billete verde. Estas cifras explican por qué el gobierno de Macri registra tasas de desaprobación del 60% al 62% en la mayoría de las encuestas (el 32% de voto kirchnerista siempre va a ser negativo).

¿Cómo puede el gobierno de Macri mejorar la situación antes de octubre de 2019?, se pregunta la consultora.

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Las normas sobre acuerdos colectivos de la Argentina, que rigen una de las fuerzas laborales más sindicalizadas del mundo, establecen que los acuerdos salariales deben cumplir con las cláusulas de revisión una vez vencido el plazo de 6 ó 12 meses. En muchos casos, estos acuerdos obligan a los empleadores a compensar a los trabajadores por la parte de la inflación que superó el aumento salarial original. Con la inflación del 47,6% en 2018, hay mucho por compensar en la mayoría de las industrias.

Estas cláusulas ya entaron o están por entrar en vigencia, lo que permite al sindicato bancario un incremento del 43%, el del petróleo, un 35% y los camioneros registrarán un 40% de incremento. Luego de sufrir la contracción del salario real, los trabajadores de estos grandes sindicatos están recibiendo ahora grandes aumentos.

Los trabajadores del sector público no van a tener este beneficio en la misma medida, pero la amplia mayoría de las industrias del sector privado se ven forzadas a otorgar ajustes salariales. Para que estos ajustes por revisiones ayuden a Cambiemos en las encuestas, el espaldarazo dado por el aumento de las remuneraciones debe estar acompañado de la percepción de que la inflación se desacelera.

Por ello, desde Balanz se insiste en que la misión del Banco Central de estabilizar precios en los primeros cuatro meses de 2019 es de vital importancia para los estrategas de campaña de la Casa Rosada como Marcos Peña y Jaime Durán Barba.

En el gráfico se muestra la forma en que esta estrategia de mejoramiento del “salario real” ha sido central para muchas elecciones desde 2004 (las áreas grises muestran cómo los salarios reales han subido históricamente en las épocas electorales). Nadie está reinventando la rueda.

Es importante recordar, destaca el informe que el punto de partida de los niveles inflacionarios de la Argentina está por las nubes, inclusive para los aberrantes estándares argentinos.

El resultado de 2018 fue un show del horror por causa de la maxidevaluación que exacerbó las ya desatadas expectativas de inflación vinculadas con el hecho de que la Casa Rosada había tomado por asalto la dura política monetaria de Federico Sturzenegger. La explosión del IPC de los últimos cuatro meses de 2018 está claramente ilustrada con la media móvil del IPC núcleo y general que llegó a un máximo de 73,4% y 74,2% en noviembre, un barómetro que comenzó a retroceder solo en diciembre, cuando el IPC registró un relativamente benigno 2.57%.

Por otra parte, Balanz rechaza la ampliamente difundida suposición de que la aceleración de la inflación durante la administración de Macri es el primer culpable de los realineamientos de los precios relativos y los efectos secundarios de la suba de tarifas de gas, electricidad, combustible y transporte. Si bien es verdad que el gran incremento de tarifas de servicios públicos jugó un papelprotagónico en doblegar las tendencias inflacionarias, en 2017 estos ajustes de precios representaron solo el 22,6% de la inflación total de fin de año. En 2018, esta ponderación subió a 25,8% de la inflación del año.