No puede haber retrocesos en el servicio ferroviario
Edición Impresa | 2 de Febrero de 2019 | 02:18

Si bien demorada durante décadas, la habilitación del tren eléctrico entre La Plata y Constitución desencadenó una serie de noticias auspiciosas, a medida que el servicio se fue completando entre ambas terminales. La reparación de vías y algunos puentes, la adecuación de los andenes al nuevo formato, la modernidad de las formaciones y, con el tiempo, la creciente regularidad con que se vino brindando el servicio conformaron un logro para los usuarios que se sumaron con entusiasmo al medio de transporte. Ello, tal como se ha dicho reiteradamente en esta columna, más allá de que persisten tareas inconclusas, en especial el techado de la terminal platense.
Sin embargo, ese proceso de modernización sufre una suerte de retroceso en estas jornadas por la incorporación a las formaciones de vagones de antigua procedencia, ya que los incorporados en estos días tienen más de tres décadas, carecen de aire acondicionado y muchos de ellos cuentan con ventanillas que no cierran.
Como se sabe, la empresa alegó que debieron acudir a esos vagones por el aumento de las frecuencias dispuesto en diciembre pasado. Tal como se detalló, los vagones cuestionados, que se hacen notar entre los flamantes convoyes chinos, son los Toshiba de origen japonés y desde 1985 recorren los ramales del Gran Buenos Aires. En su momento desde la operadora Trenes Argentinos se explicó que hubo que recurrir a estos robustos pero fatigados coches a partir del progresivo aumento en la cantidad de servicios diarios entre La Plata y Buenos Aires.
Lo cierto que, superado el extenso período de expectativas en torno a la finalización de la electrificación entre ambas capitales –que demandó, increíblemente, más de ocho décadas hasta lograr su concreción- la habilitación del nuevo servicio constituyó un verdadero adelanto, valorado por una población de pasajeros que no deja de crecer y que no quiere volver a enfrentar los innumerables padecimientos a que los obligaba el servicio de los trenes diesel, decaído y falto de confiabilidad.
La mejora del ramal electrificado se advirtió muy rápidamente, al punto de que en los últimos meses fueron muchos los platenses que reclamaron la existencia de un servicio variado, en el que pudieran elegirse –como ocurrió en los buenos tiempos del ferrocarril- opciones como los trenes rápidos, semirrápidos o locales, con formaciones que circulaban puntualmente y con menores frecuencias entre ellas que las que rigen actualmente, a pesar de que el crecimiento poblacional ha sido muy elevado.
Está claro que el servicio actual no puede permitirse la licencia de dar un paso atrás. En este sentido la empresa aseguró que en la segunda mitad de 2019 comenzará a llegar un lote de 200 coches CRRC chinos, adquiridos por el Roca y que los vagones que hoy provisoriamente los reemplazan desaparecerán de los ramales. En ese lapso, hasta que se concrete el relevo, serán entonces los pasajeros quienes, una vez más, deberán sufrir las consecuencias.
Con el tránsito automotor colapsado por el explosivo crecimiento del número de vehículos, el sistema ferroviario –que ha resurgido en casi todo el mundo- constituye la opción más eficaz para el traslado de miles de pasajeros. Por ser además la menos costosa y la más rápida de las alternativas, sólo es dable esperar que ese servicio brinde entre La Plata y Constitución, sin excepciones, una prestación acorde a las exigencias de la época.
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