Le amputaron las dos piernas, saquearon su carpintería y pide ayuda para seguir

Ángel tiene 44 años, es del el barrio Obrero de Berisso y la vida no le ahorró golpes. El viernes le robaron todas las herramientas

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En el Barrio Obrero de Berisso, a Ángel “Tití” Sarini lo conocen todos. Con su parrilla y su carpintería, ubicadas en la bajada de la 66 (30 entre 155 y 156), se volvió uno de los indispensables del lugar.

Por eso las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo y aliento cuando Ángel hizo público el robo del que había sido víctima en los últimos días de enero.

“Una sierra circular verde grande, dos amoladoras chicas color naranja, un taladro naranja, una caladora naranja, una cepilladora negra y una lijadora negra. Todo eso me robaron de mi casa. Me partieron al medio, me cagaron la vida ratas, hijos de mil puta”, se descargó el hombre de 44 años que padece una rara enfermedad por la cual perdió sus dos miembros inferiores.

El robo lo dejó momentáneamente sin trabajo, algo que, según sus palabras, no se puede “permitir”. Con el enojo y la impotencia todavía frescos, Ángel no se da por vencido: “Se que no voy a recuperar nada pero yo voy a seguir trabajando como siempre. Yo laburo como un animal, no puedo quedarme, porque si no es como pegarme un tiro”, le dijo a EL DIA.

Sarini se enteró del faltante el viernes, cuando regresó a su casa luego de permanecer una semana en la de sus padres. Esas largas visitas suelen repetirse, debido a las tres grandes tragedias que vivió en los últimos diez años.

Él mismo lo cuenta: “Hace un año y pico se me mató uno de mis hijos (Aron, de 14 años) y si me quedo solo en casa me vuelvo loco”, explicó.

El viernes último, cuando regresó a su casa, lo primero que hizo fue “abrir las puertas y ventanas para que se ventilen los ambientes”. Todo parecía normal. El problema saltó cuando “me fui para el galpón y vi que me faltaba toda la maquinaria. Dejaron una grande que no se podían llevar por el tamaño”, señaló.

Los delincuentes ingresaron “por el hueco de una chapa de la pared” y, según sus vecinos, serían del barrio. En ese sentido, Ángel aseguró que “está medio complicada la zona. A un muchacho que vive enfrente le desvalijaron la casa”.

Ayer por la mañana, se dedicó a “limpiar y tapar el lugar por donde me habían entrado”.

Al hacerse conocido su caso, la gente comenzó a comunicarse para ayudarlo. Un joven le acercó “una maquinita chica y una cepilladora” y “mi viejo tiene una caladora que me la presta”, manifestó. Con esas herramientas, Ángel promete ponerse a hacer “cosas chicas para juntar algo de plata y volver a comprar todo”.

UNA RARA ENFERMEDAD

“Hace diez años, más o menos, me detectaron trombofilia (una enfermedad que provoca riesgo de formación de coágulos en la circulación sanguínea). No es normal en el hombre, me dijeron que soy el tercero en la Argentina”, contó.

Tras identificar el mal que lo aquejaba, debieron amputarle “primero la pierna derecha y hace dos años la izquierda. En ese tiempo la madre de mis hijos (tiene otro de 21 años llamado Brian) nos abandonó y los crié yo”, detalló a este medio.

Ante esa coyuntura, Ángel debió rebuscárselas como podía. Junto a su hermano Jorge pusieron una parrilla en el terreno de su casa. Además de carnes y tortillas santiagueñas, también preparaban empanadas, fatay y pizzas.

El negocio culinario duró un tiempo, pero finalmente Sarini lo tuvo que abandonar porque lo cansaba sobremanera. Previo a ser diagnosticado, su vida era otra. “Toda la vida fui pintor”, indicó. Con el tiempo, comenzó a trabajar como personal de mantenimiento con una empresa, en la Casa Rosada. “Ahí aprendí a hacer de todo”, afirmó con orgullo.

Después, y ya con el conocimiento adquirido, consiguió ingresar en Tisico, una empresa berissense que provee servicios de ingeniería y obras industriales. La trombofilia lo obligó a jubilarse tempranamente y a procurarse el sustento de diversas formas.

En la carpintería se desempeña la mayor parte del tiempo sin compañía, aunque “a veces me ayuda uno de mis sobrinos”, añadió Ángel. Ahora, espera poder reponer lo sustraído. Esas herramientas son las que le proveen de comer, pero también le dan paz. Quien quiera ayudarlo puede comunicarse al 2213160705.

 

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